El holandés Fabio Jakobsen (Deceuninck-Quick Step) impuso su potencia en el sprint de Molina de Aragón para anotarse su tercera victoria parcial en La Vuelta –ya había ganado dos etapas en 2019– apenas un año y unos días después del tremendo accidente que sufrió en la Vuelta a Polonia y del que ya parece recuperado del todo, pues superó en los metros finales al francés Arnaud Démare (Groupama-FDJ) y al danés Magnus Cort (EF Education-Nippo) para anotarse el tercer éxito desde su reaparición tras los dos parciales que se llevó en el Tour de Wallonie. El estonio Rein Taaramäe (Intermarché-Wanty) se cayó a 2,1 kilómetros de meta pero conserva La Roja.
La etapa comenzó en El Burgo de Osma (Soria) de forma muy similar a la primera en línea, ya que desde el mismísimo pistoletazo de salida salieron sin pensárselo dos veces los representantes de los equipos españoles invitados, aunque en esta ocasión fueron dos de Burgos-BH, el gallego Carlos Canal –el más joven del pelotón a sus 20 años cumplidos en junio– y el veterano cántabro Ángel Madrazo, junto con el valenciano Joan Bou de Euskaltel-Euskadi, mientras no se aventuró nadie de Caja Rural-Seguros RGA. Los tres valientes de la jornada, siempre con Intermarché-Wanty controlando detrás para el líder Rein Taaramäe, llegaron a disponer de 4’31” en el kilómetro 58, rodando ya por carreteras castellano-manchegas.
A partir de ahí, y con el Alpecin de Philipsen y el Groupama de Démare colaborando de forma puntual con Wanty en la persecución, la ventaja del trío fue menguando rápido: 3’44” en el km 76, 2’26” en el km 83 y 1’28” en el km 92. La suerte estaba echada. El trío cabecero aún franqueó con cierto margen el único hito del día, el Sprint Intermedio bonificado de Alcolea del Pinar (km 101), donde Bou se adelantaba a Madrazo y Philipsen, segundo del pelotón, arañaba puntos para seguir de verde. La ventaja de la fuga empero bajaba ya hasta el minuto en el km 109, aunque luego los perseguidores levantaban el pie del acelerador, no había ninguna prisa por neutralizar.
No tuvo siquiera que ser Wanty quien apretara detrás, pues empezaron a hacerlo Movistar, Astana y Groupama cuando la carrera entraba a aproximarse a Molina de Aragón. La renta del trío ya bajaba del medio minuto a 35 kilómetros de meta. Ahora sí, la fuga estaba a punto de morir. Y sin embargo el pelotón les regaló a Bou, Canal y Madrazo una vida extra, pues tras tenerlos a 13 segundos a 30 km de meta les dejaron coger aire y 40” de nuevo de margen. Un juego casi sádico que concluyó, esta vez sí, a 13 kilómetros y medio de meta.
Con todos los favoritos al triunfo lanzados, a 2.1 kilómetros de meta se cayó Rein Taaramäe, aunque dentro del margen para no ceder tiempo. Mientras, Alpecin lanzó la ‘volata’ desde lejos y luego Arnaud Démare tomó la cabeza, pero fue rebasado en los metros finales por el ansia de gloria del renacido Jakobsen, que se consagra a sus 24 años como uno de los llegadores del momento.