Sénéchal aprovecha la jugada

El francés Florian Sénéchal (Deceuninck-Quick Step) fue el más rápido en la desordenada llegada masiva con que se resolvió en Villanueva de la Serena (Badajoz) la etapa 13 de La Vuelta, batiendo por escasos centímetros al italiano Matteo Trentin (UAE Team Emirates) después que el lanzamiento del sprint dejara cortado al gran favorito al triunfo, Fabio Jakobsen. Es la tercera victoria como profesional para Sénéchal, que antes había ganado en Le Samyn (2019) y Druivenkoers-Overijse (2020), ambas en Bélgica. El noruego Odd Christian Eiking (Intermarché-Wanty-Gobert Matériaux) continúa portando La Roja tras una jornada tranquila que protagonizaron tres españoles en fuga.

La jornada, de 203,7 km, partió de la localidad cordobesa de Belmez repitiendo el guion de otras jornadas días atrás, esto es, fuga de salida de un corredor de cada equipo español invitado; en este caso el abulense Diego Rubio (Burgos-BH) junto a dos andaluces, el malagueño Luis Ángel Maté (Euskaltel-Euskadi) y el granadino Álvaro Cuadros (Caja Rural-Seguros RGA). La ventaja del trío subió rápido (2’23” en el km 10) sobre un pelotón que les dejaba hacer, pero Deceuninck tomó pronto las riendas y la diferencia quedó estabilizada en torno a los dos minutos.

 

Hacia el km 50 de etapa el pelotón decidió darles algo más de vida a los fugados, que tenían 2’50”. Y algo más de tres minutos (3’05”) en el km 57. Fue su máxima renta. Sin más novedad, el trío hacía camino mientras los perseguidores controlaban la situación dos minutos por detrás, siempre a un ritmo más calmado que en días anteriores (38,200 km/h tras dos horas de etapa).

 

Pasaban los kilómetros y lo único reseñable eran las fluctuaciones de la ganancia que manejaban Rubio, Maté y Cuadros en un tira y afloja en realidad sin tensión alguna porque las opciones de sorprender eran prácticamente nulas. Una calma chicha que se disipó repentinamente a 60 km de meta, cuando AG2R enfiló a un pelotón que en un abrir y cerrar de ojos se rompió en varios grupos, al tiempo que la escapada del día moría de forma acelerada. Sin embargo, Intermarché se puso al frente y calmó los ánimos, dando de nuevo un minuto de vida a la fuga.

 

Una situación que se prolongó hasta el km 175 de etapa, cuando los tres aventureros se rendían a la evidencia. De ahí hasta el final, y bajo el control de Intermarché-Wanty para resguardar al líder Eiking, nadie osó amenazar el desenlace previsto al sprint. Sólo que en el lanzamiento de la llegada Deceuninck propició un corte y luego Jakobsen sufrió una avería que quebró los planes del equipo. Los belgas pusieron en bandeja el triunfo a Matteo Trentin, pero Florian Sénéchal salió al rescate para batir al italiano en el último golpe de pedal.