El tratado de Paz y Amistad celebrado entre la República Argentina y la República de Chile en 1984, avalado por Juan Pablo II y firmado por el presidente Raúl Alfonsín y la dictadura de Augusto Pinochet, resolvió una situación de zozobra entre ambos países que desde entonces recuperaron la histórica armonía que los reúne.
El pasado 23 de agosto, mediante dos decretos, el Presidente Sebastián Piñera resuelve la ampliación de la plataforma continental del país trasandino en los mares australes, superponiéndose con la delimitación territorial argentina y mediante lo cual Chile logra apropiarse de una parte de la plataforma continental argentina, y de una extensa área de fondos marinos y oceánicos que, además, forman parte del patrimonio Común de la Humanidad de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR).
La Legisladora Mónica Silva convoca a sus pares en el Parlamento con un Proyecto de Declaración en el que expresa su “más enérgico rechazo a la decisión adoptada por el gobierno de la República de Chile que pretende apropiarse de una parte de la plataforma continental argentina y de una extensa área de los fondos marinos y oceánicos, medida que es contraria al Tratado de Paz y Amistad Argentino-Chileno, celebrado el 29 de noviembre de 1984, a las normas de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982”.
Fuente: Prensa Bloque de Legisladores