Fondo Monetario Internacional

El crédito extraordinario que el FMI le otorgó al gobierno del ex presidente Macri tuvo claramente tres objetivos: 1- Posibilitar la fuga de capitales que entraron al país para obtener enormes ganancias en pesos, volcarlas al dólar y sacarlas del país. 2- Condicionar las políticas públicas del país por décadas y 3- Si de paso les servía, darle continuidad al gobierno de los CEOS que encabezaba Macri.

Obviamente fue un éxito total. El primer objetivo cumplido con creces. El segundo, gracias al actual gobierno se está por cumplir ampliamente y el tercero no se logró, pero la verdad que no les hacía falta. Repetimos: éxito total.

Ahora el pueblo argentino pagará con brutales ajustes y seguramente con retrocesos en materia de conquistas laborales, sociales e incluso empresariales la entrega del gobierno que, era lógico que nos entregara y la traición del gobierno que ganó para sacarnos de esa encerrona.

El Socialismo ante esta grave situación

El Partido Socialista que tiene una trayectoria histórica en defensa de los derechos sociales y que estuvo en la resistencia a las dictaduras y puso lo mejor de sí para hacer aportes sumatorios en materia de derechos durante las democracias no puede ni debe ser cómplice de la entrega ni de la traición.

Hoy tiene una fuerza disminuida en el Congreso Nacional, pero debe estar a la altura de su historia.

Nuestra presidenta y diputada, Mónica Fein y el hijo de uno de los mentores del socialismo de hoy, Enrique Estévez, tienen la gran responsabilidad y la maravillosa oportunidad de poner al PS nuevamente en su senda histórica. Un simple, pero recontra valioso voto negativo a este acuerdo con el FMI puede representar el resurgimiento de una fuerza histórica que hoy languidece envuelta en contradicciones generadas por un traumático paso por el poder que, en la provincia de Santa Fe, con lamentable eco en otros distritos, se fue comiendo la ideología socialista y reemplazándola lentamente por un pragmatismo corruptor de mentes y de acciones.

Si nuestra representación en el Congreso Nacional respalda, con el argumento que sea, con el disfraz que se les ocurra, este nuevo capítulo de entrega de nuestra soberanía que, además promete enormes sacrificios sociales, estarán poniendo un triste final a una etapa en la que el socialismo había logrado el mayor desarrollo territorial y de ejercicio de poder efectivo en sus largos 125 años de vida política en nuestro país.

Mónica, Enrique y quienes hoy conducen el PS tienen esta enorme responsabilidad ante Alicia, Juan Bautista, Alfredo, Guillermo y tantas y tantos grandes constructoras y constructores del socialismo, pero sobre todo ante la sociedad argentina que no logra encontrar gobernantes fieles a los intereses de las grandes mayorías. Una sociedad que, fracasada la experiencia de la alianza y ante la crisis del kirchnerismo pensó hace 6 años en probar con el diablo y se dio cuenta de lo que era y hace dos con una réplica degradada de ese kirchnerismo que hoy la traiciona. Sin dudas esa sociedad hoy busca alternativas reales que el socialismo puede y debe ayudar a encontrar. Pero si se muestra avalando la entrega y la traición caerá irreversiblemente junto con estas grandes estructuras que, lamentablemente, cada día son más iguales y más distantes del sentir social.

Quienes le hemos dedicado nuestra vida a esta construcción, siempre poniendo y jamás pensando en sacar ningún provecho personal de esta pasión ya nos sentimos muy lejos del quehacer partidario. Depende de un simple voto en el congreso que volvamos a sentirnos parte o dejemos de serlo definitivamente.

 

Fuente: Prensa Partido Socialista de Río Negro