Una docente de Cinco Saltos denunció en la comisaría de la Familia que, desde 2019, estaba siendo víctima de violencia en su ámbito laboral. En un primer momento hizo las presentaciones administrativas pero las situaciones de hostigamiento se agravaron con el paso del tiempo. El juzgado de Paz dictó distintas medidas de protección, entre ellas una prohibición de acercamiento.
El caso fue abordado a través de la ley 26485 de Protección Integral a las Mujeres que busca garantizar la eliminación de la discriminación entre mujeres y varones en todos los órdenes de la vida y el derecho de las mujeres a vivir una vida sin violencia.
El juzgado de Paz, ante esta situación, dispuso como medida cautelar una prohibición de acercamiento del hombre denunciado hacia la víctima, tanto en su domicilio como en el establecimiento educativo en el que se desempeñan ambos. Él no podrá acercarse a menos de 200 metros de la denunciante. La medida también alcanza a los lugares públicos y privados en los que se encuentre la víctima.
La restricción tiene una vigencia de 90 días desde la notificación, aunque puede ser prorrogable por un juez o jueza de Familia.
La docente consignó en la denuncia que viene sufriendo situaciones de acoso y hostigamiento desde el año 2019. Que la persona denunciada tiene un cargo superior al de ella y que el contexto de violencia se agravó desde que puso en conocimiento a las autoridades.
Relató que en una oportunidad fue convocada para mantener una reunión junto con el denunciado y otro hombre. Que cerraron la puerta con llave y sintió muchísima angustia. Incluso ese episodio repercutió en su salud.
Al momento de denunciar adjuntó todas las constancias de la atención en la guardia del hospital y del profesional de la psicología que la acompañó. Además los dictámenes de la junta médica laboral y las presentaciones que hizo en el Consejo Provincial de Educación.
La resolución del juzgado de Paz encuadró el caso en la modalidad de violencia de género en el ámbito laboral. Y en virtud de las denuncias por acoso sexual, humillación y persecución se consideró necesario adoptar medidas de proteccion. Sobre todo porque el acusado ostenta un cargo superior al de la víctima.
La mujer trabaja hace siete años en el establecimiento y, desde que denunció, se incrementaron los mecanismos de control por parte del acusado. Ello en función del cumplimiento de los horarios, de lo que hacía e incluso “exigiéndole cosas que no corresponden”, refirió en la presentación.
Fuente: Prensa Poder Judicial de Río Negro