Río Negro adhiere a la Ley Nacional de “Parto Humanizado”

La norma Nº 25929, fue aprobada en el año 2004 por el Congreso de la Nación.

Por unanimidad y en primera vuelta fue aprobado la semana pasada el proyecto del legislador Alejandro Marinao (FdT) que adhiere en todos sus términos a la Ley Nacional Nº 25929 “De Parto Humanizado”.

El representante de la Línea Sur rionegrina presentó su iniciativa en enero de este año y ya avanzó en la última sesión del Parlamento.

En el recinto Marinao, sostuvo que “esta ley obliga a las obras sociales y prepagas a realizar las prestaciones médicas relacionadas al embarazo, al trabajo de parto, parto y al postparto”.

Al mismo tiempo, resaltó que “respeta las decisiones de la mujer o persona gestante en relación a esas etapas, sumando a la ley provincial 3263 los derechos de la persona recién nacida como así también de los progenitores de la persona recién nacida en situación de riesgo”.

“Esta ley viene a reafirmar y sumar derechos y teniendo como protagonistas a la madre y su hija o hijo nacido, respetando el proceso natural como también sus costumbres, creencias y sentimientos”, argumentó Marinao.

El legislador destacó la importancia de adherir a una herramienta que a nivel nacional colaboró con disminuir la mortalidad de la madre como del niño o niña en el parto.

Finalmente, el referente del FdT sentenció que “las personas gestantes siguen viéndose muchas veces expuestas a la violencia obstétrica y con un limitado acceso a la información de sus derechos, esto nos obliga a tomar la iniciativa para que las transformaciones se concreten en nuestro sistema de salud, estando seguros y seguras de que el cambio debe estar enmarcado, con perspectiva de género, en la lucha continua y permanente para la erradicación de las violencias y las desigualdades de género”.

Además de la readecuación de la normativa provincial se busca que Río Negro elabore una Guía de Implementación de Parto Humanizado, como base fundamental para desarrollar un proceso de transformación de los modelos de atención y gestión, entendiendo que esto sólo es posible si el compromiso es colectivo, e instituyendo una circulación de poder y saber igualitario y justo, con el fin último de erradicar todos los tipos de violencia.