La CONAE ya está trabajando en las características que podrían tener los nuevos satélites radar SAOCOM, con miras al reemplazo de los lanzados en 2018 y 2020, que a finales de esta década llegarán al término de su vida útil. Planean incorporar tecnologías que no estaban disponibles al momento de su diseño, buscarán una mayor integración de componentes nacionales y se lanzarían en 2030
Los satélites SAOCOM I y II son en realidad grandes radares que orbitan en el espacio. Trabajan en banda L, un espectro que tiene antenas de gran tamaño, por lo que hoy solo Japón tiene un satélite de este tipo en órbita pero con menor complejidad que los argentinos, que fueron lanzados en 2018 y 2020. Actualmente, ya hay proyectos de hacer satélites similares en las agencias espaciales de Estados Unidos y de Europa.
Dado que su vida útil llegará a su fin a fines de esta década, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) tiene previsto que la nueva generación de los SAOCOM sea lanzada en el año 2030, y que incorpore tecnologías que no estaban disponibles en el momento del diseño de esta misión, además buscar una mayor integración de componentes nacionales.
La misión principal de estos satélites es monitorear y prevenir la ocurrencia de sequías o inundaciones, ya que pueden detectar la humedad del suelo e inclusive por debajo de la superficie, lo que permite estimar el flujo de agua y la salud de los cultivos. También posee la capacidad hacer mapas en tres dimensiones del terreno con mucha precisión y cuando se superponen tomas realizadas en diferentes momentos puede detectar cambios o deformaciones, algo muy importante para inspeccionar fallas en grandes obras como represas, puentes o edificios.
Juan Pablo Cuesta González, jefe del proyecto SAOCOM en la CONAE, le dijo a TSS: “En la electrónica central del radar ya hay varios elementos que no están en el mercado y al cambiarlos pensamos en reformular varias cosas, como usar Digital Beamforming (formado digital de haces) , que es un salto muy grande y para eso usamos radio definida por software (SDR, por sus siglas en inglés) que no existía cuando hicimos los SAOCOM 1. En radares no es algo común y nos va a permitir tener más versatilidad”. En este tipo de configuraciones, el software puede definir la porción de la antena que se usa para emitir una señal y así hacerlo en diferentes bandas. En telecomunicaciones, permite usar un solo satélite para emitir diferentes servicios según lo que demande el cliente, como diferentes bandas de Internet, televisión o lo que sea necesario con la misma antena.
“Estamos pensando en usar la tecnología de la arquitectura segmentada de satélites, es decir, contar con por lo menos uno e idealmente tres satélites compañeros del SAOCOM», dijo Cuesta.
Estos satélites usarán la plataforma diseñada para el satélite SABIA-Mar, como su propulsión, baterías, paneles solares, computadora principal y aviónica, todo adaptado a las necesidades de energía de radar, que son más importantes que las de los instumentos ópticos del SABIA-Mar, que se lanzará en 2025.
Los SAOCOM 1 se diseñaron para que la probabilidad de que duren seis años fuera considerable, pero lo cierto es que todavía es alta la probabilidad de que duren unos diez años. “Funcionaron tal como se esperaba y es cierto que hubo una sensibilidad que estuvo por arriba de lo que se esperaba. Si fuera una balanza, diríamos que nos pidieron medir desde diez gramos y pudimos medir un gramo. Hubo terrenos de muy baja reflectividad que tuvimos capacidad de medirlos. El diseño se hizo para cumplir con el requerimiento en el peor de los casos y después resultó que pudimos aprovechar ese extra con aplicaciones teniendo en cuenta esa sensibilidad tan buena”, dijo Cuesta.
La parte más compleja del satélite es su enorme antena de 30 metros por 3,5 metros, que está plegada durante el lanzamiento y luego se debe desplegar en vuelo con una tolerancia mínima de curvatura. “La complejidad de la próxima generación de los SAOCOM es tan alta como en la primera”, dijo Cuesta. Pero agregó: “Lo que cambia mucho es la experiencia que tenemos en este tipo de satélites radar”.
La Agencia Europea del Espacio (ESA) está desarrollando un satélite que también usará la banda L, llamado ROSE-L, que usa mucha de la tecnología creada para el SAOCOM. La ESA invirtió mucho dinero para trabajar en la evolución de esta tecnología y la idea de la CONAE es poder aprovechar algunos de esos avances en la segunda generación de los SAOCOM.
Gracias a todos los años de desarrollo de tecnología satelital y de inversión sostenida en el tiempo, la Argentina se sigue integrando a diferentes proyectos y generó un cluster de empresas especializadas en la industria aeroespacial vinculadas a la CONAE. Entre otros, desde hace años se está avanzando en el estudio y diseño de la serie SARE (satélites de arquitectura segmentada), satélites pequeños que cumplen diferentes funciones dentro de una constelación y pueden funcionar como un satélite grande al que se le van agregando o quitando funciones.
La segunda generación del SAOCOM incorporará esta tecnología escalable y modular. Costa le dijo a TSS: “Estamos pensando en usar la tecnología de la arquitectura segmentada de satélites, es decir, contar con por lo menos uno e idealmente tres satélites compañeros del SAOCOM, más chicos pero que pueden volar en formación y darle servicios. Una función muy importante sería para hacer interferometría (método de medición que utiliza la interferencia de ondas, de radar en este caso) en una sola pasada, para hacer varias tomas en un solo día del mismo lugar y poder compararlas. Ahora, para que el satélite pase dos veces por el mismo lugar, tenemos que esperar ocho días y recién ahí podemos hacer las comparaciones, por lo que tener más satélites podría darnos más información en menos tiempo. Algo que está en evaluación también es que tenga comunicación óptica láser para que pueda transferir la información recabada a otro satélite geoestacionario y que éste se comunique con la estación terrena. Así se tiene acceso a la información en forma constante y no hay que esperar que el SAOCOM pase sobre la estación terrena”.
Estos satélites también tendrían un receptor de AIS, que es la señal que emiten los barcos comerciales con toda su información y así detectar, por ejemplo, si hay barcos haciendo pesca ilegal. Esta tecnología, combinada con las imágenes de la cámara de alta sensibilidad del satélite SABIA-Mar, permitirá monitorear si hay barcos realizando pesca ilegal que tienen su emisor AIS apagado para no ser detectados en la plataforma del Mar Argentino.
Por Matías Alonso
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Agencia TSS