Mar del Plata (Buenos Aires) – El Senasa brinda información clave para que los consumidores eviten poner en riesgo su salud al ingerir productos de la pesca con toxinas.
Ante la temporada de verano y la afluencia de turistas en las costas argentinas, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) brinda información sobre la marea roja y reitera las recomendaciones para prevenir intoxicaciones por el consumo de moluscos contaminados con estas toxinas.
Las mareas rojas son fenómenos naturales que ocurren en los mares de todo el mundo. Son causadas por una masiva proliferación de algunas especies de algas microscópicas (microalgas) cuando determinados factores del medio ambiente (temperatura, luz, pH, disponibilidad de ciertos nutrientes, salinidad, entre otros) se tornan favorables para su multiplicación. Debido a que las microalgas poseen pigmentos, su acumulación sobre la superficie del mar puede ser visualizada como manchas de extensión variable, aunque también puede producirse el fenómeno sin manifestaciones de coloración.
La marea roja representa un peligro para la salud humana dado que organismos tales como moluscos bivalvos o gasterópodos pueden acumular las toxinas en su cuerpo al alimentarse de microalgas tóxicas y, al consumirlos, las personas pueden intoxicarse.
Solamente mediante los análisis que se realizan en los laboratorios del Senasa, especializados en este control, se puede saber si un marisco tiene toxinas. Ya que, entre un molusco tóxico y uno no tóxico no hay diferencias de aspecto o de color, como tampoco de sabor ni olor.
Ingesta de mariscos
Los mariscos son alimentos sabrosos, que aportan nutrientes de gran valor en nuestra dieta, proveen minerales como hierro, fósforo, zinc, potasio y yodo, y poseen importantes cantidades de vitaminas A y B. Por ello, son uno de los mejores alimentos para prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares. Ingerirlos no es peligroso, pero, al igual que como cualquier otro tipo de alimento, lo peligroso es comer un producto que no ha sido debidamente controlado.
Organismos como moluscos bivalvos (almejas, mejillones, cholgas, berberechos, ostras) o gasterópodos (caracoles de mar), pueden acumular las toxinas en su cuerpo al alimentarse de microalgas tóxicas. Las toxinas no los afectan, ni les producen cambios perceptibles en su olor, color o sabor.
Pero si estos moluscos contaminados son consumidos, pueden ocasionarle cuadros de intoxicación a las personas, cuya gravedad dependerá del tipo de toxina y de la dosis ingerida. Las toxinas no son inactivadas por la cocción, el agregado de vinagre o limón, o por el consumo de alcohol. Tampoco existen antídotos.
Formas de prevención
La prevención es clave, por eso el Senasa recomienda a los consumidores:
- no recolectar moluscos y/o mariscos en las playas para el consumo casero;
- respetar las disposiciones, ordenanzas y avisos públicos de vedas a la extracción y consumo de moluscos;
- no adquirir preparaciones elaboradas con mariscos (conservas, ensaladas, paellas, etcétera) en puestos callejeros o locales que no tengan habilitación bromatológica;
- no comprar mariscos frescos “al pie del barco”, en escolleras o los que puedan ofrecer recolectores no autorizados;
- no comprar moluscos que no cuenten con el correspondiente certificado sanitario emitido por un organismo oficial;
- comprar o consumir mariscos adquiridos solo en pescaderías, restaurantes o locales de comidas debidamente habilitados.
Controles en Argentina
El Senasa realiza la toma de muestras de moluscos, su análisis en laboratorios oficiales, la fiscalización sanitaria en plantas de expedición y en transportes, y la aplicación de vedas a la extracción de moluscos en las zonas marítimas afectadas por la presencia de toxinas. Además, realiza el monitoreo de zonas costeras donde los moluscos pueden ser obtenidos por lugareños o turistas para consumo particular.
Como resultado de estas funciones, el Organismo cuida la salud de los consumidores, evita que comprometan su salud y fomenta un consumo responsable.
Fuente: Prensa SENASA