Había llovido, pero el joven futbolista de Roca, de 19 años, entrenó igual en una cancha embarrada con el sueño de llegar al profesionalismo.

Durante el entrenamiento de invierno de 2022, resbaló y cayó con todo el peso sobre su brazo izquierdo, resultando en una fractura. Fue tratado en el hospital, primero con yeso y luego con una operación que incluyó una prótesis pagada por su padre. A pesar de las promesas, el Club nunca le reembolsó este gasto.

En su demanda, el joven relató que el Club ni se presentó a la mediación ni respondió en el juicio civil. La jueza declaró la “rebeldía” del Club, asumiendo como hechos reconocidos las circunstancias del accidente. Según explicó el jugador, lleva desde su adolescencia en el Club, jugando en la Liga provincial y entrenando todo el año para los torneos.

El día del accidente, el entrenador y un ayudante lo asistieron y lo llevaron al hospital. Tras la operación, siguió tratamiento de fisio-kinesioterapia hasta recibir el alta, aunque nunca recuperó completamente la movilidad de la muñeca. El informe médico certificó una incapacidad parcial e irreversible del 11% y una cicatriz de 6 cm en el antebrazo.

El joven realizó varios reclamos al Club para obtener el reembolso de la prótesis y una indemnización, pero no recibió respuesta satisfactoria. La jueza concluyó que el accidente y los daños se produjeron mientras entrenaba en las instalaciones del Club, en el predio del Barrio Tiro Federal, y que el Club era responsable por su poder de dirección y supervisión.

La indemnización por la lesión física se calculó en función del salario mínimo vital y móvil actual, proyectando los años de trabajo futuro y los intereses legales. A ello se sumó el daño moral, considerando la edad del afectado, la gravedad de sus lesiones, los dolores y la falta de respuesta del Club. En total, la indemnización superó los 22 millones de pesos.

Comunicación Judicial RN