Neuquén es una tierra rica en hidrocarburos y llamó la atención del mundo a partir del descubrimiento de Vaca Muerta, pero también despierta interés internacional porque la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) protege a una especie única en el Bajo de Añelo. Se trata de la especie Liolaemus cuyumhue, un saurio o lagartija que habita sitios arenosos de Aguada Pichana, Aguada San Roque, Loma La Llegua, en el Bajo de Añelo. Esta lagartija de la arena fue descripta en una publicación científica que da cuenta de su existencia en el año 2009. El descubrimiento y descripción de los primeros ejemplares conocidos para la ciencia, fue realizado por un equipo integrado por investigadores del Laboratorio de Rehabilitación y Restauración de Ecosistemas Áridos y Semiáridos (Facultad de Ciencias del Ambiente y la Salud) de la Universidad Nacional del Comahue y el Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales (IPEEC-CONICET) de Puerto Madryn.
La actividad petrolera debe contemplar la preservación de la biodiversidad y en particular esta especie por razones éticas y de responsabilidad ambiental en el cuidado del patrimonio de los neuquinos, y ahora también por una causa llamativa: la financiación internacional. Ahora estos fondos dependen de planes de manejo sustentable para la conservación del hábitat de especies únicas que luego actuarán de ‘paraguas’ para la protección de la naturaleza, incluidas las zonas áridas neuquinas, en donde se desarrollan intensas tareas extractivas de hidrocarburos.
Las normas sociales y ambientales del Banco Mundial, entidad que financia inversiones millonarias a largo plazo y a muy baja tasa de interés, condiciona la entrega de dinero a empresas que puedan afectar el hábitat de especies en peligro y muy especialmente aquellas que se encuentren en la ‘lista roja de la UICN’. Por consiguiente la lagartija única del bajo de Añelo, Liolaemus cuyumhue encuentra para su subsistencia en este planeta una ayuda inesperada: la del Banco Mundial. La norma alcanza a todas las empresas que operan en la cuenca y que pretendan tener un aporte financiero internacional y contempla además la protección de los recursos naturales incluidos los de las zonas áridas, no suficientemente valoradas por quienes no han descubierto aún las maravillas de los desiertos. En ecología, el desierto tiene un significado muy especial, que al contrario de ser un ambiente sin vida, representa un bioma en todo el planeta que cuenta con las formas más asombrosas de adaptación a las condiciones falta de agua, un elemento fundamental para la sobrevivencia de las especies.
La especie “Liolaemus cuyumhue” , son expertas en sobrevivir a las más difíciles condiciones naturales del desierto, aunque su dotación genética forjada en millones de años de evolución no las preparó para el fenomenal impacto que implica la actividad petrolera: el desmonte completo, la extracción de arenas, el pisoteo, el cambio global de la fauna y la flora motivada por los impactos. En cambio ellas si están preparadas para lo más extremo que necesita la vida en condiciones naturales: falta de agua, temperaturas que van de varios grados bajo cero hasta 60°C en el suelo, vientos de gran magnitud, suelos móviles. A su vez logran habitar un ambiente muy particular del extremadamente árido bajo de Añelo: las dunas de arena activas, es decir esas arenas que se desplazan por el viento. Estas arenas para ellas constituyen su medio, y se desplazan sobre y bajo él con habilidad asombrosa. Logran ‘sumergirse’ y hasta ‘navegar’ bajo la arena sin verse afectadas ni en su respiración ni otro órgano de su cuerpo ya que sus narinas respiratorias están diseñadas para no obstruirse y toda su estructura constituyen una perfecta adaptación a su medio. Son pequeñas y extremandamente miméticas, por lo que así se protegen de sus depredadores. Esta característica hace que se requiera de mucho entrenamiento visual para verlas y distinguirlas en el campo, lo que pudo haber motivado que solo recientemente fueran descubiertas por la ciencia.
Este descubrimiento, “nos permite abrir la hipótesis de la existencia de otros endemismos en el microclima del bajo de Añelo. Es posible que estas condiciones tan particulares hayan generado la posibilidad de especiación no sólo de lagartijas”. “Creemos que los descubrimientos de endemismos en el Bajo de Añelo recién comienzan, es solo cuestión de tiempo para que investigadores en otros grupos taxonómicos comiencen a analizar la cuenca”, señaló el Dr. Daniel Pérez, director del Laboratorio de Rehabilitación y Restauración de Ecosistemas Áridos y Semiáridos (LARREA) y uno de los autores de la publicación científica de la especie “Liolaemus cuyumhue”.
La bióloga M. Victoria Brizio es la actual becaria del CONICET que investiga esta especie para su doctorado en la Facultad de Ciencias del Ambiente y la Salud de la UNCo. En el marco de su investigación estudia aspectos poblacionales de la especie, y próximamente la dieta, la reproducción y los requisitos de rango de temperatura que necesita esta especie.
“No solo el Banco Mundial sino toda la sociedad tiene que custodiar la conservación de la biodiversidad y buscar la sustentabilidad ambiental. No se puede entender que el éxito económico se pague con la extinción de especies o pasivos de biodiversidad” remarcó el Dr. Pérez, director del LARREA. Asimismo afirmó que “esperamos que próximamente se incluya en los requisitos de estudios de líneas de base, y evaluaciones de impacto, la gestión de la biodiversidad, lo que incluye resolver temas como la posible pérdida de especies y la restauración ecológica de los ambientes impactados”.
Como si lo anterior no fuera de por sí importante para considerar, y confirmando la hipótesis planteada de otros endemismos, hace muy pocos meses se acaba de describir otra nueva lagartija aún más rara y de distribución extremadamente acotada en el Bajo de Añelo: “Liolaemus calliston” . También esta lagartija tendrá destino en la lista roja de la UICN porque es endémica y hasta ahora solo encontrada en roquedales de la zona del bajo de Añelo. Hasta aquí, el acceso a líneas de financiamiento para concretar las tan ansiadas inversiones parecen encontrar un obstáculo poco pensado en los desiertos patagónicos como lo es la pérdida de especies. Estas dos especies no son las únicas endémicas de Neuquén. En Neuquén hay más de 20 especies que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. Algunas especies habitan en los picos volcánicos, entre los 2.700 y 3.000 metros de altura, donde la actividad humana tiene bajo impacto y no representa una amenaza.
¿Qué dice la Normativa Ambiental del Banco Mundial?
El documento del Banco Mundial, tiene el capítulo 6 destinado a tratar la “Conservación de la Biodiversidad y Gestión Sostenible de Recursos Naturales Vivos”. El punto23 habla del hábitat crítico, que lo define como “áreas de gran importancia o valor en términos de biodiversidad”. En particular, en el inciso a) se refiere a “hábitats de importancia significativa para especies en peligro de extinción o en peligro de extinción crítico, según se enumeran en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) o enfoques nacionales equivalentes” y en inciso b) menciona puntualmente de “hábitats de gran importancia para especies endémicas o de rango de distribución restringido”.
Las empresas, para acceder al financiamiento internacional, deben tener en cuenta “proteger y conservar la biodiversidad y los hábitats” y “aplicar la jerarquía de mitigación y el enfoque preventivo al diseño y la ejecución de proyectos”.
Neuquén, tierra de tesoros de biodiversidad escondidos
El noroeste de la Patagonia, donde se encuentra la provincia de Neuquén es reconocida como una de las regiones más importantes desde el punto de vista de la diversidad de especies de lagartijas de Argentina. La elevación de los Andes y uno de los volcanismos más activos de América, combinados con diversos procesos climáticos y geológicos ayudaron a la creación de uno de los más complejos y extraordinarios paisajes de Argentina. Esto también propició la separación y aislamiento de poblaciones de lagartijas, facilitando procesos de especiación, lo que ha llevado a considerar esta región como uno de los puntos calientes de biodiversidad más importantes para estos animales.
En los últimos años, se describieron para el centro y norte neuquino y el sur de Mendoza, más de 20 especies nuevas para la ciencia, que se agregaron a un número similar que ya se conocían como exclusivas para la región. Entre estas nuevas especies el Laboratorio de Rehabilitación y Restauración de Ecosistemas Aridos y Semiáridos de la Facultad de Ciencias del Ambiente y la Salud ha contribuido a describir seis especies en Auca Mahuida, el Volcán Domuyo y el Bajo de Añelo.
Entre las zonas de mayor diversidad de reptiles se destacan dos encontradas en el norte del Neuquén. Hasta ahora, sin duda la más rica en especies únicas es la zona comprendida por el campo volcánico Auca Mahuida y el Bajo de Añelo. Las seis especies descriptas por los científicos de la UNCo son conocidas para una o solo unas pocas localidades muy cercanas unas de otras.
El campo volcánico Auca Mahuida, se encuentra rodeado por ambientes con vegetación característica de la provincia del Monte, lo que lo hace una isla desde el punto de vista biogeográfico ya que se encuentra desconectada de ambientes similares por mucha distancia. La altura dominante de este campo volcánico es el volcán del mismo nombre que es bien conocido por albergar muchas especies típicas de la Estepa Patagónica (o Payunia). Entre ellas se destacan algunas especies de plantas endémicas y animales. Entre los 1500 y 2000 metros de altura se encuentran dos lagartijas de las rocas, Phymaturus sitesi y Liolaemus crandalli, cuya distribución se encuentra limitada a los escasos afloramientos de rocas basálticas encontrados en las laderas nororientales. Estas especies ubicadas en la parte más alta del Volcán Auca Mahuida son vivíparas (las crías nacen vivas) y cuentan con complejos comportamientos sociales. Son consideradas muy vulnerables a los cambios ambientales y a la destrucción de los pocos ambientes en los que se encuentran. Las lagartijas del genero Phymaturus particularmente son conocidas por alcanzar su madurez sexual luego de varios años y reproducirse solo cada dos o tres, en camadas que no pasan de las dos o tres crías.
Si bien las especies del Volcán Auca Mahuida se encuentran dentro de una reserva provincial, las del Bajo de Añelo recientemente descubiertas no se encuentran dentro de ningún área protegida.
En una tierra en donde se admira a los animales extintos como los dinosaurios, ¿serán estas lagartijas el motivo de exposiciones de museo en el futuro?