Antoine de Saint-Exupéry nació en Lyon (Francia) en 1900 y desapareció un 30 de julio de 1944 en aguas del mar Tirreno.
En la memoria colectiva, a 74 años de su desaparición sus huellas permanecen imborrables, tanto por sus aportes a la aviación como a la literatura.
Desde muy pequeño, manifestó su interés por volar y aprendió el oficio cuando prestó servicio militar. Según distintas fuentes biográficas en su infancia estuvo muy ligado a su madre, cuya sensibilidad y cultura lo marcaron profundamente.
En 1926 obtuvo su primer contrato como piloto y publicó “El aviador” (su primera novela breve). Cuando se desempeñaba como Jefe de la Estación Aérea, en el Sahara español, escribió su segunda novela “Correo del Sur” (1929).
Según los registros históricos, en octubre de 1929, llega a la Argentina y junto con Jean Mermoz, Rufino Luro Cambaceres y Henri Guillaumet serán los primeros pilotos de Aeroposta Argentina, filial de la Aéropostale.
Línea aérea dedicada al transporte de correspondencia desde Buenos Aireas a Comodoro Rivadavia, con varias escalas, una de ellas San Antonio Oeste, cuyo Aeródromo lleva hoy su nombre “Antoine de Saint Exupéry”.
En 1943, un 6 de abril, se publicó lo que sería su obra cumbre “El Principito”, valorada como una las mejores creaciones literarias del siglo XX, traducida a más de 250 idiomas y, a diferentes lenguas. Un logro que muestra su universalidad es la traducción al sistema Braile y en múltiples formatos para lograr su mayor accesibilidad.
Otras obras como “Vuelo nocturno”, “Tierra de hombres” o los cientos de páginas de “La ciudadela” (obra inacabada y publicada póstumamente en 1948) muestran el pensamiento de Antoine de Saint Exupéry.
En suma en todas ellas emergen sentimientos y, desafíos de fuerte contenido humano. Tal vez, ese mensaje es el que hace que la misma se supere con el tiempo, alcanzando en estos días su mayor vigencia.
Fuente: Aeroclub San Antonio Oeste.