Mientras el mundo debate sobre el uso racional del agua, la salinización de los suelos y el cuidado del medio ambiente, los Consorcios de Riego del Alto Valle de los ríos Negro y Neuquén, se encuentran en una crisis sin precedentes. Hoy se dio inicio a la temporada de riego en el Alto Valle y los consorcios de riego decidieron no asistir al tradicional acto. Sin dudas, escuchar a los funcionarios provinciales hablar alegremente sobre “la importancia del sistema de riego para la producción más importante de la provincia”, sin siquiera registrar la gravísima situación que atraviesan los consorcios, resulta cuanto menos irritante.
La indiferencia tanto del gobierno provincial como nacional frente a esta problemática es inaudita. Desde el momento mismo que surgió la necesidad de legislar sobre la emergencia frutícola, hubo una actitud mezquina por parte del gobierno nacional sobre los sujetos a incluir dentro de la misma. La “amplitud” que había tenido el presidente Macri a la hora de incluir a los “beneficiarios” del blanqueo, en esta oportunidad y para esta temática, ya no existían.
Gracias a que 2017 fue un año electoral, sumado al peregrinar que hicieron las distintas instituciones del complejo frutícola, la emergencia finalmente fue sancionada. A pesar de ello, se mantuvo una visión restrictiva sobre la materia, por eso a la hora de reglamentar el proyecto de ley, el Poder Ejecutivo redujo arbitrariamente parte de los beneficios planteados. Este decreto reglamentario, redactado en alguna oficina de Buenos Aires, se “olvidó” de incluir a los consorcios de riego.
De más esta decir que los consorcios de riego son instituciones administradas por productores, en beneficio de los mismos productores. Que son un ejemplo palmario del asociativismo que tanto se pregona como camino para solucionar los problemas estructurales de nuestra fruticultura. Que llevan adelante la gestión del recurso más importante de nuestra producción, como es el agua.
A pesar de esta situación más que conocida por todos los valletanos, el Gobierno Nacional mantuvo su tesitura de no incluir a los consorcios de riego. Se realizaron innumerables gestiones con el objetivo de subsanar este error “administrativo”. Ante la incomprensión de esta situación y la premura de la misma, me vi obligada presentar un nuevo proyecto de Ley modificando la emergencia oportunamente sancionada, en donde taxativamente se incluyen a los consorcios de riego como beneficiarios de la misma. Pero seguimos sin ser escuchados.
Sería oportuno que los diputados oficialistas se despojen del servil silencio que los invade cada vez que llegan a Buenos Aires, y hagan algo productivo con la colección de notas de reclamos que se llevaron de los productores del Valle. O que entre aplauso y aplauso el gobernador Weretileck le informe al presidente Macri que los sistemas de riego también forman parte de los complejos productivos.
María Emilia Soria
Diputada nacional FpV – PJ por Río Negro