En la nota publicada en el medio digital ADN Río Negro, titulada “Suspensión de Colil. Continúa la polémica en Ramos Mexía“ del 30 de Enero próximo pasado, el Intendente de esa localidad, a través de un comunicado oficial, entre otras cosas, dice que los comprobantes de gastos del municipio “no fueron requeridos… no obstante existen y pueden ser presentados a simple requerimiento”.
Por otro lado, en el seguimiento que vengo haciendo del conflicto desde sus inicios, ante la requisitoria al mismo Tribunal de Cuentas Municipal, he comprobado la existencia de documentación que demuestra la gran cantidad de veces que se le solicitó, por nota recibida y firmada por el mismo Colil. La existencia de tales pedidos demuestra la grave falta que comete el Sr. Patricio Colil para con su pueblo y los lectores que se interesan en este tema.
Hoy más que nunca, en algunos casos, se ve a la Mentira Organizada como una importante herramienta para llegar y sostenerse en el poder. Herramienta que se usó para llegar al gobierno y mantenerse en la década de los 90. Método, en la actualidad reconocido por el mismo asesor de campaña de Cambiemos y Mauricio Macri, el Ecuatoriano Durán Barba.
Es más fácil ver y analizar cuando los elementos contrastan con los dichos y este es el caso en el Municipio de Ministro Ramos Mexía, un pueblo de apenas 1500 habitantes, en la lejanía de los grandes centros urbanos, en la Región Sur Rionegrina donde, tanto gobernantes como cualquier vecino tienen una vida de convivencia cotidiana, viéndose a la cara todos los días. Esto último es lo que hace incompresible como esa misma herramienta, la mentira, puede ser un medio para subsistir en un cargo.
El conflicto data desde el mismo comienzo de mandato cuando el Intendente, en una elección resuelta en la Justicia más que en las urnas, llega a sillón municipal mientras que, tanto en el Concejo Deliberante como en el Tribunal de Cuentas ganan esa misma elección los que hoy son opositores. Esta diferencia de fuerzas hace que la flamante Carta Orgánica Municipal sea el elemento más importante de gobierno, como debería ser en cualquier sistema verdaderamente democrático. En base a esto, un organismo, muchas veces perdido en alguna oficina, como es el Tribunal de Cuentas Municipal, viene realizando sus correctas funciones, controlando exhaustivamente al Ejecutivo Municipal en el uso de los fondos que deben administrar en representación y para beneficio de todos los habitantes.
La situación planteada, apoyada por la indiferencia que produce el anonimato de un pequeño pueblo al que poco se lo observa, llevó al Intendente Colil a sostener una actitud infantil y caprichosa, al punto de expresar en otra nota periodística, publicada en el medio gráfico más importante de la provincia, “Hay puntos de la Carta Orgánica que quizás se obviaron…” y termina diciendo “…no se presentaban las rendiciones respaldatorias, pero sí estaban los balances y las hojas de banco y rentas generales”
La mentira puede ser tomada como una nueva forma de hacer política en la rapidez de la información vs. la lentitud probatoria, pero esto, sin dudas es motivo de conflicto y divisiones que pueden llegar a ser insanables, sobre todo en pueblos donde los habitantes se cuentan por familias más allá de los individuos que lo habitan. Un intendente es el máximo referente político y social de las pequeñas comunidades y su ejemplo cunde rápidamente entre sus funcionarios inmediatos y desde ahí en adelante en toda la población. Si el Intendente Miente, sus funcionarios pueden mentir, robar y demás resolviendo todo con mentiras y falsas acusaciones. Si un intendente incumple y no es sancionado lo más probable es la perversidad invada el lugar y se termine convirtiendo en una Sodoma o Gomorra en el futuro.
Fuente: Sergio Fontana Yusef