En esta fecha tan peculiar para los argentinos, quiero homenajear al Movimiento Obrero Nacional que, a pesar del olvido muchas veces intencionado, entregó sus mártires a la democracia argentina.
Este 10 de diciembre es justo y necesario recordar que el 68 por ciento de los detenidos desaparecidos en la última dictadura cívico militar fueron dirigentes sindicales, gremialistas, dirigentes de base y militantes de los derechos laborales.
Si bien es cierto que hay figuras inconmensurables que marcaron el camino de los derechos civiles, no es menos cierto que antes y durante la noche aciaga del terrorismo de Estado, fueron los obreros los que pusieron su piel ante el destino.
Aquella Marcha del 30 de marzo de 1982, con la brutal represión del régimen que preparaba la recuperación de Malvinas, es la postrera imagen de una conciencia de clase y de país pocas veces repetida en el continente.
En cada pañuelo blanco de nuestras Madres; en cada pared tétrica de los campos de concentración, en cada estudiante que también es obrero y trabajador, existen fieles testimonios de esa sangre derramada que se jugó y entregó por un país libre y soberano.
Este 10 de Diciembre saludamos y fortalecemos la Democracia sin olvidar nunca a los trabajadores argentinos que ofrendaron sus vidas por nuestros derechos
Fuente: Roberto Vargas