El desguace del INTA, otro ajuste que golpea la soberanía tecnológica

Desde el comienzo de la gestión actual el INTA viene sufriendo recortes en sus partidas presupuestarias y el ajuste de su planta de personal junto a la eliminación del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

El presupuesto del año 2019 significa en términos reales, es decir considerando la depreciación por inflación, una disminución del 36% que no se resuelve con la asignación compensatoria de $400 millones que se logró a último momento a pedido de los otros bloques del Senado y que permitió la aprobación de la ley, pero que al momento han sido transferidos al INTA.

A este ajuste presupuestario debe sumarse que desde 2015 a la fecha la planta de trabajadores/as del INTA se redujo en 800 personas, producto de la no reposición de vacantes producidas por jubilaciones, retiros voluntarios y renuncias. Esto dificultó y pone en riesgo la prosecución de trabajos de investigación y extensión, llevando a desmembrar equipos de trabajo que demandaron años de esfuerzo para su consolidación.

Además en las últimas horas se conoció que el Consejo Directivo tomó la decisión de avanzar con un nueva reestructuración sobre el INTA, convalidando el plan de ajuste solicitado por el Ministerio de Modernización y la Presidencia del Organismo que implica una reducción del 20% de las estructuras de la Dirección Nacional; Centros Regionales y de Investigación, Estaciones Experimentales e Institutos, Lo que en la práctica implica la eliminación de 25 Agencias de Extensión que se encuentren ubicadas dentro de los predios de las Estaciones Experimentales y el cierre de 3 de los 5 Institutos de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar -IPAF-.

Todo este contexto está llevando a un estado de parálisis, situación que no es exclusiva del INTA y que se produce en forma conjunta con el desfinanciamiento de otros organismos e instituciones del Área de Ciencia y Técnica que afecta en forma creciente la capacidad tecnológica del país.

Desde mi condición de Presidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado hago público mi más enérgico repudio a este nuevo ajuste y me solidarizo con los trabajadores y profesionales del INTA, reafirmando una vez más que la inversión en esta área no es un gasto y es absolutamente necesaria para el desarrollo productivo, económico y social del país.

Silvina García Larraburu Senadora Nacional