Los turistas que arriban a los principales destinos invernales de la provincia tienen la oportunidad de disfrutar una amplia gama de actividades recreativas y acompañarlas con degustación de platos regionales realizados con materias primas locales.
La cocina es una disciplina que se destaca en todo Río Negro, pero en la región cordillerana se vuelve la excusa ideal para combatir el frío mientras se aprecian majestuosos paisajes. San Carlos de Bariloche es una de las grandes referentes gastronómicas de la provincia por sus platos tradicionales que fueron traídos por los inmigrantes de los países nórdicos europeos y del imperio austrohúngaro y posteriormente fueron apropiados por los residentes, como el goulash con spaetzle u otras guarniciones.
En la montaña también se hizo muy fuerte la fondue con queso o con chocolate, para los amantes de lo dulce. Además se destacan las preparaciones realizadas a base de carnes de caza, truchas, salmones y frutas finas.
Por otra parte en los refugios y las confiterías uno de los más elegidos es el chocolate caliente, una bebida que queda en la memoria de todos los que han visitado Bariloche, donde no se puede dejar pasar la oportunidad de recorrer la innumerable cantidad de chocolaterías ubicadas en el centro que ofrecen degustación de productos a turistas de forma permanente. Los más románticos eligen combinarlos con vinos del valle rionegrino, generando una sensación inolvidable para el paladar.
La región también es cuna de innumerables cervecerías artesanales que invitan a residentes y turistas a disfrutar la bebida acompañada por picadas de productos regionales con ahumados y otras delicatesen.
Fuente: Prensa Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte de la Provincia de Río Negro