Perón era un hombre sabio que no dudaba a la hora de juntarse con los que pensaban distinto, sabiendo que había un fin mayor: la Patria y los ciudadanos. Muchos ideólogos de bolsillo se animaron a criticarlo porque jamás entendieron que pudiera acordar con los improbables, cuando el objetivo era un bien que nos afectaba a todos.
Miguel Pichetto, como buen peronista ha seguido sus pasos. El dirigente que todos conocemos, el que muchos queremos como amigo, es blanco de críticas de algunos sectores, por dar un paso hacia adelante, en busca de coincidencias, antes que plantarse en la postura estéril de la demagogia que atrasa y que solo consigue adhesiones repartiendo planes y prometiendo utopías.
Voy a ser claro: no tengo ni tendré nada que ver con los 12 años nefastos del kirchnerismo ni con el engendro de Unidad Ciudadana o el Frente de Todos.
Como soy coherente con mis convicciones, prefiero ser peronista sin más vueltas y seguir el ejemplo del General que supo entender y extender la mano hacia lo distinto, desde este posicionamiento y con total respeto convoco a todos las/os compañera/os a sumare a esta idea, a este proyecto que lleva al compañero senador como vicepresidente.
Los rionegrinos hoy estamos frente a una oportunidad histórica. Uno de los nuestros puede ser vicepresidente y otro, puede llegar al senado para elaborar políticas beneficiosas para la provincia. Sabemos que ambos: Miguel y Alberto, no se van a quedar de brazos cruzados a la hora de defender nuestros derechos, como si lo han hecho varios, de reciente paso, que la gente ya ha olvidado sus nombres a causa de poca o nula actividad parlamentaria.
Yo estoy con Miguel Pichetto, por convicción y certeza. Porque más allá de que algún cachorro descarriado, desde el alto valle, lo critique, Miguel demostró coherencia en toda su gestión como para salir limpio cuando el festival de la corrupción los salpicaba a todos.
Yo estoy con Alberto Wereltineck, un político de acciones y opciones, con ideas claras que puede hacer historia desde el Senado, ayudando a Río Negro a crecer.
Yo estoy con Pedro Pesatti, porque estoy convencido que bajo se mandato, la ciudad de Viedma puede lograr el despegue necesario para ser, de verdad, la capital de la provincia, y no el blanco del ninguneo de algún incoherente del alto valle, sin altura moral y sin escrúpulos.
Estoy seguro que la gran mayoría entiende de sacrificios y renunciamientos, de coincidencia y no de caprichos, de bien común y no de provecho propio. La gran mayoría entiende que los que robaron y corrompieron durante más de una década, hoy no pueden aparecer como salvadores de la Patria, con un puñado de verdades y promesas de mejoría instantánea.
La gran mayoría quiere que se terminen las grietas, los enfrentamientos, las amenazas, el garantismo para los delincuentes y los jueces amigos. Ya todos quieren que se acabe el aislamiento hacia el mundo, el igualarnos con Venezuela y Cuba apegadas a un populismo que nadie entiende ni quiere.
Si permitir que Miguel Pichetto llegue a la vicepresidencia significa que debo cambiar de parecer, estoy dispuesto a hacerlo. Porque no será tan malo como la opción que me propone “la selección nacional de procesados” y su DT, la abogada exitosa, que quieren volver para conservar fueros y protegerse de posibles condenas.
Pichetto, Wereltineck, Pesatti, son un paso adelante. Ya lo mostraron y demostraron en sus carreras políticas y ahora pueden hacer cosas positivas por el país, la provincia, la ciudad. No estoy dispuesto a escuchar los cantos de sirena que hablan de un pasado que solo fue bueno para el bolsillo de unos pocos y un engaño para la gran mayoría, a los que conformaron con migajas y mentiras, Pichetto, Wereltineck, Pesatti se merecen nuestro apoyo. Es hora que Río Negro se los brinde
Fuente: Roberto Vargas