Nacional – La antena radar de apertura sintética que permitirá hacer mediciones de humedad en la Tierra hasta dos metros bajo su superficie ya se encuentra en la última etapa de pruebas en Bariloche, previo al lanzamiento del satélite SAOCOM 1A. Cómo se construyó este componente de alta complejidad que por primera vez se fabrica en la Argentina y que será puesto en órbita a mediados de agosto.
La carga principal que llevará el SAOCOM 1A cuando encuentre su lugar en la órbita terrestre en agosto próximo no será una más: se tratará de la primera vez que un satélite diseñado localmente lleve una antena radar de apertura sintética (SAR, por su sigla en inglés) fabricada en la Argentina y una de las pocas montadas en un satélite alrededor del mundo.
El SAOCOM 1A es el quinto satélite hecho en la Argentina por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la empresa INVAP, entre otras instituciones y empresas. “Enviar algo al ambiente espacial es muy exigente, ya que la calidad tiene que ser la más alta posible porque hay una única oportunidad, no se puede mandar a reparar algo que no funcionó”, le dijo a TSS Leonel Garategaray, ingeniero aeronáutico y responsable de Estructuras y Mecanismos del proyecto SAR en la CONAE.
La antena radar con microondas que llevará el SAOCOM 1A funcionará en banda L y permitirá un monitoreo de la superficie terrestre hasta dos metros de profundidad, con el objetivo de realizar mediciones de humedad en el suelo. Unas de los aspectos que vuelve tan complejo el uso de satélites con radares en banda L es que esta frecuencia exige una antena con una superficie de 35 metros cuadrados. Para esto, el artefacto –de 1.500 kilogramos de peso, la mitad que el total del SAOCOM 1A– está conformado por 140 mini antenas que, de forma electrónica, pueden variar su fase y ganancia, lo que permite que apunten su haz a diferentes puntos de la Tierra y funcionen como una sola gran antena.
El SAOCOM 1A fue desarrollado y construido por la CONAE con la participación de empresas y organismos nacionales como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), y las empresas VENG e INVAP, esta última contratista principal del proyecto. La Misión SAOCOM consiste en dos constelaciones de satélites, SAOCOM 1 y SAOCOM 2. Cada constelación está formada por dos satélites, SAOCOM 1A y 1B, y SAOCOM 2A y 2B..
Por convenio entre la CONAE –en el marco del Plan Espacial Nacional– y la Agencia Espacial Italiana (ASI), los satélites SAOCOM funcionarán en conjunto con cuatro satélites italianos en el Sistema Ítalo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (SIASGE), creado por las agencias espaciales argentina e italiana, para contribuir a la gestión de emergencias y el desarrollo económico mediante información de origen espacial.
La antena que portará el SAOCOM 1A está formada por siete paneles de 1,5 por 3,5 metros cada uno, que durante el lanzamiento estarán plegados alrededor del satélite y, una vez fuera del lanzador, deberán desplegarse y formar una superficie totalmente plana. Al rodear al satélite son la parte más expuesta durante el lanzamiento a las fuertes vibraciones acústicas que se producen durante el quemado del combustible del cohete, además de tener que soportar las altas fuerzas gravitacionales.
El desarrollo y ensamblado de la antena SAR estuvo a cargo de la CONAE y fue realizado en las instalaciones del Laboratorio de Integración y Ensayos (LIE) del Centro Espacial Teófilo Tabanera (CETT), en Córdoba. También participaron el laboratorio ARAS (por Antena Radar de Apertura Sintética) de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), en el Centro Atómico Constituyentes –como proveedor de los paneles solares y la estructura y mecanismos de la antena radar– y el control de su comportamiento térmico se realizó en conjunto con equipos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Actualmente, se encuentra en Bariloche, para las pruebas finales en las instalaciones de CEATSA y para su integración con el cuerpo del satélite, tarea que se realiza en INVAP. El SAOCOM 1A será puesto en órbita a mediados de agosto a bordo de un cohete Falcon 9 de la compañía SpaceX.
“Si bien algunos componentes fueron adquiridos en el exterior, el satélite fue diseñado totalmente en la Argentina”, dijo Garategaray, con respecto al SAOCOM 1A, del que también es responsable de Integración y Ensayos Mecánicos del proyecto por la CONAE. Una vez en el espacio, la antena deberá poder resistir bruscos cambios de temperatura, que superarán los cien grados centígrados cuando reciba la luz del sol y menos de cien cuando no la reciba. En el caso de un eclipse, el cambio se da en segundos y el rendimiento de la antena tiene que ser siempre el mismo.
El análisis de la humedad del suelo terrestre que permitirá esta antena tiene utilidad para conocer el riesgo de inundaciones o su monitoreo una vez ocurridas, el análisis de posibles rindes de cosechas y el riesgo de aparición de enfermedades como el hongo fusarium –que perjudica a cultivos como el trigo–, de malezas e insectos. También permitirá obtener información forestal, sobre recursos pesqueros, de uso de suelo y formación de basurales, evaluación de glaciares, posibilidades de avalanchas y derrames de petróleo. Además, en conjunto con los demás satélites de la constelación SIASGE permitirá un seguimiento del desplazamiento de placas tectónicas y de la actividad de volcanes. La información obtenida por estos satélites es independiente de las condiciones climatológicas, ya que envían microondas que rebotan en la superficie terrestre sin ser afectadas por la nubosidad ni la falta de luz solar.
El SIASGE ya tiene cuatro satélites italianos en órbita. Además del SAOCOM 1A, ya se encuentra en construcción el SAOCOM 1B, que permitirá obtener información de cualquier punto de la Tierra con una actualización cada 12 horas, algo crucial en casos de emergencias. Más adelante está previsto el lanzamiento de la constelación SAOCOM 2, que estará formada por los SAOCOM 2A y 2B.
Fuente: Agencia TSS – Por Matías Alonso