La pandemia tiene efectos sobre las condiciones de vida de las familias. Previo al inicio del aislamiento social y preventivo impuesto por el Gobierno, con el fin de contener la curva de contagios, en Argentina más del 52% de las niñas, niños y adolescentes se encontraba en situación de pobreza. Según un estudio de UNICEF, en diciembre de este año, la pobreza aumentaría al 58.6% debido a los efectos socioeconómicos de esta crisis global: la cantidad de chicas y chicos pobres llegaría a 7,7 millones hacia fines de 2020.
Ante este escenario, Luisa Brumana, Representante de UNICEF Argentina destacó el Plan de Respuesta de la organización: “La pandemia COVID-19 genera una situación excepcional y requiere de medidas igualmente excepcionales. UNICEF trabaja para atender esta urgencia de forma inmediata y, a la vez, redobla su apoyo para generar políticas públicas que disminuyan las disparidades y contengan la situación de niñas, niños y adolescentes que viven en los hogares más pobres”.
Las poblaciones más afectadas por esta situación son las que viven en villas, asentamientos y urbanizaciones informales que presentan diferentes grados de precariedad y hacinamiento y donde la pobreza afecta a 9 de cada 10 niñas y niños. Allí está puesto el foco de la acción de UNICEF junto a La Poderosa y Caritas para reforzar la alimentación saludable de miles de chicos y chicas con productos frescos (carne, pollo, frutas y verduras, entre otros), con especial énfasis en las necesidades nutricionales de niñas y niños menores de 2 años.
UNICEF apoya comedores y merenderos como “Los Álamos de pie”, en La Matanza, o “Las tacitas poderosas”, en Zavaleta, donde las mujeres del barrio pedían donaciones y aportaban alimentos ellas mismas para “hacer entre todas una olla” y cubrir la demanda de las familias, que aumentaron en los últimos tres meses. Josefina es la encargada del comedor “Los Álamos de pie” donde se entregan más de 500 raciones por día. “Estábamos desesperadas porque no sabíamos de dónde sacar comida para cocinar”, contó Josefina y muestra orgullo el freezer en el que guarda la carne y los productos frescos que recibió en la última entrega, con la que cubrirá las raciones del mes.
El apoyo de UNICEF también incluye insumos de higiene y protección para más de 1.500 trabajadores de 109 comedores (lavandina, alcohol en gel, guantes descartables, barbijos, escobillón, trapo de piso) y elementos de limpieza para casi 3 mil familias con niñas, niños y adolescentes (alcohol en gel, repelente para insectos, lavandina, barbijo, guantes de goma, escurridor, escoba, trapo de piso).
A su vez, más de 10.000 familias ya reciben información sobre prevención de COVID y Dengue, pautas nutricionales y derechos de niñas y niños con discapacidad y recibirán próximamente, materiales para la prevención de la violencia, el embarazo no intencional y prácticas de crianza. La cooperación, que empezó en mayo, prácticamente llegará a todas las provincias del país.
Sobre ese trabajo puede hablar Oti, referente del merendero “Las tacitas poderosas” en la 21-24, de la Ciudad de Buenos Aires. Sabe que los chicos y las chicas del barrio la necesitan. Cuenta emocionada que cada mañana se levanta con fuerza y buen ánimo porque tiene que estar para ellos, “no se trata de comida nada más, llegan chicos con muchos problemas, que sufren violencia en sus casas, eso me lastima porque yo lo viví. Es una contención para ellos este espacio, más ahora que no están yendo a la escuela”. Y refuerza, “están muy abandonados los chicos de acá. Necesitan educación y salud, no se tienen en cuenta sus derechos y tienen los mismos derechos que los otros niños”.
El apoyo a los comedores populares para reforzar la alimentación saludable de los niños y las niñas tiene dos fases, cada una de tres meses, que se extenderán hasta fin de año. UNICEF busca en la primera fase atender el nivel más urgente e inmediato, pero también continuar trabajando en apoyar las políticas públicas que aseguren en el mediano y largo plazo que las familias tengan recursos suficientes para un nivel de vida adecuado, donde la seguridad alimentaria este garantizada.
Los chicos y las chicas #ImportanSiempre y cada minuto cuenta. Además de enfermarlos, el COVID-19 afecta su educación, alimentación y puede exponerlos al abuso y a la violencia. UNICEF convoca a toda la sociedad, para que aún en una emergencia como ésta, que atraviesa al mundo entero, se garanticen sus derechos y su bienestar. Quienes quieran donar mensualmente pueden comunicarse al 0-810-333-4455 o ingresar a la web unicef.org.ar/dona
Fuente: Prensa Unicef