Fernando Gaviria aseguró en la previa de la Vuelta a Burgos que le gustaría hacer olvidar por un rato a los colombianos las penurias de la pandemia, y el del UAE aprovechó la etapa llana con final en Villadiego para dar una alegría a su país… y a su equipo en un día difícil. Porque la jornada arrancó con la baja de tres de sus compañeros por protocolo anti Covid, y acabó con un triunfo de gran repercusión por ser en esta carrera que representa la vuelta del ciclismo de élite.
El colombiano ha recuperado el punch esta temporada, en la que arrancó con tres victorias en San Juan. Su equipo le ha rodeado de lanzadores de nivel (Richeze, el retirado Molano…), pero en Villadiego forjó el triunfo en su talento natural. La accidentada última curva, con varios corredores por el suelo, no acobardó al de Antioquía, que arriesgó al máximo para salir con una ventaja sobre sus rivales (Démare fue segundo y Sam Bennett, tercero) definitiva. «Nos faltaban tres corredores y no pudimos trabajar, pero el equipo estuvo pendiente de mí y eso también es trabajo en equipo», contó este velocista que ya pasó la enfermedad del coronavirus. «Es un triunfo especial después de estar confinado sin saber si volvería a correr este año», comentó en meta.
«Pero este jueves estoy de vacaciones», dijo con una sonrisa en la boca consciente de que este jueves le llegará el turno a los escaladores. La carrera llega a uno de sus dos finales en alto, un día de cuatro cotas de tercera y una conclusión espectacular en el duro Picón Blanco (7,8 km al 9,3%), en el que será el turno para los grandes nombres de esta prueba, que no son pocos: Carapaz, Landa, Mas, Valverde, Simon Yates, Evenepoel… a por el liderato que intentará defender Grossschartner.
Fuente: as.com