Tres policías culpables por incumplimiento de los deberes de funcionario público

Los tres policías que fueron acusados por su conducta vinculada a la detención de Santiago Sagredo fueron hallados culpables por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público. El joven murió en un calabozo de la Comisaria Cuarta de Cipolletti luego de sufrir una hemorragia subaracnoidea.

El tribunal que realizó el juicio de responsabilidad consideró que la conducta de los acusados fue “disvaliosa en grado extremo por el trato brindado a Sagredo en su detención”. Los imputados son Cristian Correa, Daniel Ferreyra y Leandro Orlando Pastene. Ferreyra fue exonerado de la fuerza por razones ajenas a este caso.

La última parte del debate se realizó de manera digital a través de la plataforma Zoom y según el protocolo aprobado por el Superior Tribunal de Justicia (STJ). El juicio  había comenzado en febrero, antes de la pandemia, y luego se adaptó al contexto de aislamiento. La Oficina Judicial de Cipolletti administró todas las conexiones.

El policía Correa fue hallado responsable por haber dispuesto la detención de Sagredo sin considerar el estado de embriaguez en el que se encontraba. Era la máxima autoridad de la comisaría en ese momento. A Fereyra le reprocharon haber incumplido la debida custodia del detenido ya que sus controles fueron insuficientes. Y a Pastene también le achacaron no haber controlado debidamente el estado de detención.

Los profesionales – médicos y médicas – que declararon en el juicio concluyeron que Sagredo murió producto de una hemorragia subaracnoidea. Dijeron que  entre los síntomas de ese tipo de hemorragias se encuentran las cefaleas, mareos, convulsiones, malestar y agresividad. Uno de los expertos concluyó que en el caso de que la persona esté convulsionando en el calabozo eran nulas las posibilidades de salvarlo, “no habría llegado vivo al hospital”, sostuvo. Explicó que el diagnóstico requiere de estudios, tomografías e intervenciones quirúrgicas.

La médica policial declaró que llegó a la comisaria cuando Sagredo ya había fallecido y aseguró que que de haberlo examinado aún cuando estaba con vida no hubiera pensado que era posible que estuviera cursando una hemorragia subaracnoidea porque los síntomas se confunden con la ebriedad.

Otros dos hombres que también estaban detenidos esa madrugada declararon que Sagredo estaba exaltado, que hablaba incoherencias, que se golpeaba contra la pared y la reja de la celda, y que no accedió a comer ni a beber nada de lo que le ofrecieron.

A Sagredo lo detuvieron por conducir alcoholizado en el centro de Cipolletti en abril de 2016.

Las nulidades de los alegatos

El tribunal declaró la nulidad parcial del alegato de la fiscalía en lo que refiere al delito de falsificación de documento público atribuido a Fereyra (lo acusaron de arrancar hojas del parte diario). Se advirtió que la fiscalía delegó esa acusación en la querella y que adhirió a fundamentos que en ese momento no habían sido expuestos.

También se declaró la nulidad parcial del alegato de la querella porque introdujo hechos que no fueron objeto de la acusación. Aseguró la querella que los policías le hicieron “una llave” (con el brazo en el cuello) a Sagredo y esa cuestión no estuvo en ningún lugar de la plataforma fáctica a lo largo del proceso. Es decir solo se juzga lo que se prueba en juicio y fue objeto de acusación.

Por las conclusiones de los médicos y las médicas no quedó acreditado el nexo de causalidad entre la detención y la muerte por ende tampoco prosperó la acusación por homicidio culposo.

Finalmente se dispuso que en el término de cinco días las partes deberán ofrecer nuevas pruebas a fin de fijar la pena.

Fuente: Comunicación Judicial