Nacional – El miércoles 12 de marzo del 2008, las cuatro entidades del sector gremial agropecuario, decidieron realizar una huelga en protesta por los anuncios efectuados por el ministro de Economía del gobierno kirchnerista del día anterior.
Mucho después pasaría, al recuerdo triste de la historia como resolución 125.
Diez años de aquel hecho histórico se cumplen en breves días.
Por primer vez, entidades tradicionalmente individualistas, se conjugaron para reclamar primero y luchar después, contra una insolita, inconstitucional, expropiatoria y asfixiante medida económica, que cerraba el destino productor de la Argentina.
Quizás, aquel 12 de marzo, se corrió un velo que obturaba la visión de la sociedad y no le permitía ver con claridad el estilo prepotente y salvaje de un gobierno, que no trepidaba en romper todo, antes que escuchar y dialogar.
Fue un paro de dos días que se prolongó de manera indefinida, todos sabíamos que en aquellos días no estaba en duda la economía agropecuaria, sino que por el contrario, el interior se jugaba su supervivencia y las grandes urbes se solidarizaban ante el atropello institucional.
La torpeza suele tener formas tan imaginativas como perversas, de eso se trataba la conocida resolución 125, quienes la firmaron y defendieron (que en el estado y las provincias fueron muchos) creyeron que se discutía el Poder y la Democracia, esa ceguera los llevó a superar los límites del entendimiento y la Buena Fe. Nunca actos de tamaña masividad habían mostrado que una sociedad puede parecer pasiva, pero cuando se sacuden sus cimientos es capaz de ofrendarse en defensa de su constitución, sus leyes y sus tradiciones de vida.
La gravedad de los acontecimientos, desembocaron en el tratamiento legislativo de la medida, el primer paso estaba dado, las retenciones serían por ley o no serían.
La historia rinde su recuerdo al voto No Positivo, pero para ser justos, aquel voto decisorio se construyó sobre la base de cantidad de votos de senadores, que comprendían, que resultaba imposible proseguir una medida económica, caótica y sin sentido, fue entonces el senado quien rechazó el proyecto, liberó al país de la idea nefasta de un puñado de fanáticos y devolvió la normalidad institucional.
Toda huelga es el fracaso del dialogo y el entendimiento, pero cuando estos no existen parece no quedar nada en el medio, la providencia quiso que el Senado ocupara su rol, como pocas veces y tuviera una conducta digna de su investidura.
Ahora, tarde e irremediablemente, aquellos cultores de la 125 vuelven envueltos en su falsedad a mostrarse amigos del campo y reconocer sus errores, se nota que es la necesidad lo que los mueve y la sociedad toda los tiene claramente identificados.
Indigna ver como se arrastran para poder seguir viviendo de la política.
Hemos querido conmemorar la fecha en la que el proyecto fuera derrotado democráticamente, sin que por ello se pretenda desvalorizar los hechos y las enormes gestas zonales, regionales e individuales que poblaron aquellos días. No fue una movilización de dirigentes, sino un determinante hastío de miles y miles de Argentinos que seguramente intuían el futuro ¨vamos por todo¨.
Aquella historia, nos trajo a este presente, pleno de dificultades, pero en donde el dialogo es el motor cotidiano del ejercicio del Poder.
Nos ha parecido aleccionador recordar, no la fecha de inicio de la protesta, sino su culminación, entendemos que allí, en el marco de la ley y el derecho, fue cuando la Estructura Institucional de la Republica fue reparada.
Quizás, lo más sano del legado de aquellos días, fue mostrar que las sociedades y los pueblos siempre tienen un límite, aquella consigna cantada en miles de gargantas, Argentina se levantara con el campo, nunca sin el campo, menos contra el campo, fue una lección para la Historia y el futuro de nuestra Nación.
Fuente: Prensa Confederaciones Rurales Argentinas