Alberto Fernández es el primer presidente desde la vuelta democracia sin sufrir paros generales

Buenos Aires – El Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral evaluó el comportamiento del sindicalismo desde el retorno de la democracia a la fecha en el informe “Paros Generales desde la vuelta de la Democracia”, un recorrido por la historia de los paros desde 1983 a 2023. En 40 años se han realizado 42 paros generales en el país en 10 mandatos presidenciales ejercidos (9 presidentes elegidos por mandato popular más presidencia de Eduardo Duhalde, quien fuera investido por la Asamblea Legislativa en el 2001).

Marcelo Bermolen, abogado, especialista en Acceso a la Información Pública, Calidad Institucional y Transparencia Electoral, y director del Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral; es el autor del informe y explica que “de esos 10 mandatos presidenciales ejercidos, siete lo estuvieron en manos de mandatarios peronistas, y apenas tres en gobiernos de signo diferente (radicalismo y/o aliados). En 7 mandatos peronistas, los gobernantes de ese signo recibieron 16 paros generales, a razón de 2,29 paros por gestión. Mientras que, en 3 mandatos no peronistas los presidentes de esas fuerzas sufrieron 26 paros nacionales, a un promedio de 8,67 paros por gestión”.

Pero la sorpresa de este informe es el récord que establece el presidente Alberto Fernández que, en un contexto de debilidad económica, alta inflación, escasez de reservas, aumento de la pobreza y la indigencia, dificultades para la importación de bienes, distorsión de precios relativos y de complicaciones en las condiciones de vida de buena parte de los argentinos; se convierte en el primer presidente -sin reelección- de la nueva democracia, en culminar su mandato sin paros generales.

“Vale recordar que si bien Cristina Fernández de Kirchner culminó su primer mandato sin paros generales -ostentando el mismo logro- luego recibió cinco paros generales durante su segunda gestión, perdiendo esa indemnidad. Alberto Fernández se impone, incluso, a Néstor Kirchner, quien en una presidencia con crecimiento económico terminó su gestión con un paro general en su haber”, profundiza Bermolén.

En su informe, el especialista de la Universidad Austral se plantea una serie de interrogantes: “Si las centrales sindicales suelen convocar los paros generales mayoritariamente bajo el rótulo ‘en contra de la política económica’, la ausencia manifiesta de todo llamamiento a un paro nacional debe ser leída: ¿cómo un aval a una política económica de pésimos resultados? ¿o la construcción silenciosa de una red de contención social a favor de un mandatario que -a priori- representa una propuesta cercana a los fundamentos ideológicos de la patria sindical?”.

Tendencias para el gobierno de Javier Milei

El último paro general fue realizado el 29/05/2019. Desde entonces y hasta el próximo 10/12/2023, día fijado para la asunción del nuevo presidente Javier Milei, habrán transcurrido 4 años, 6 meses y 9 días (1.656 jornadas) sin reclamos generales del sindicalismo, en una de las etapas de mayor deterioro económico de la Argentina.

Sobre las reacciones del movimiento sindical frente a gobiernos de signo diferente del pensamiento peronista, Bermolén considera que “han atenuado su hostilidad”. “Si se toman como referencia los 5 paros generales sufridos por Mauricio Macri en su mandato y se los compara con los realizados a los gobiernos de Alfonsín (13) y De La Rúa (8)”, puntualiza.

Sin embargo, el académico plantea que, “si el sindicalismo argentino es consciente de la crisis generalizada que vive la Argentina, ¿tendrá la capacidad de dialogar y propiciar soluciones alternativas, en lugar de recurrir al clásico paro general? ¿Serán tolerantes con el presidente libertario? ¿Influirá su programa de recortes y su gen no peronista? En función del fuerte respaldo electoral, ¿cuánto demorará el sindicalismo en salir de su letargo?”.

Para Bermolén, los datos duros preanuncian para el nuevo presidente Javier Milei una evidente mayor beligerancia sindical tratándose de un presidente no peronista y una alta resistencia sindical al cambio normativo. “Con tendencia a repetir comportamientos de las décadas de los 80 y 90 si las reformas son de shock”, concluye.

Fuente: Prensa Universidad Austral