Diputados aprobó el proyecto del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030 y convirtió en ley un trabajo de diseño de políticas para el sector que comenzó durante la pandemia, que se debatió con múltiples sectores de la sociedad y con énfasis en las agendas de desarrollo provinciales. La mirada de los especialistas sobre cómo se gestó y qué puede aportar el plan para la Argentina
A las seis de la mañana del miércoles y hacia el final de una maratónica sesión en el Congreso, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad el Proyecto de Ley del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030, con 156 votos afirmativos y 2 abstenciones. El plan ahora convertido en ley es el primero en formalizarse después de Argentina Innovadora 2020, define el conjunto de políticas para la próxima década, traza un conjunto de 10 desafíos nacionales y las estrategias I+D+i para abordarlos. Se complementa, además, con otras iniciativas como la Ley de Financiamiento de la Ciencia, que garantiza un aumento progresivo del presupuesto asignado a este sector, hasta alcanzar el 1% del PBI de la Argentina en el año 2032.
El plan había sido aprobado en el Senado en octubre del año pasado, comprende a todos los actores públicos y privados que integran el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) y su elaboración, que comenzó durante la pandemia, tuvo especial énfasis en el trabajo conjunto con las provincias, además de con diferentes organizaciones políticas, económicas, sociales y sindicales.
“Es la primera vez que vemos que hay una coherencia entre el plan de desarrollo nacional en ciencia y tecnología y las agendas de las provincias. Esta vez, el vector no pasó por las instituciones del sistema científico-tecnológico, sino por las necesidades de cada región. Por eso las provincias nos involucramos en la defensa de este plan estratégico, porque el origen del plan es federal e inclusivo”, le dijo a TSS Marita Benavente, secretaria de Ciencia y Tecnología de San Juan.
La Cámara de Diputados aprobó por unanimidad el Proyecto de Ley del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030, con 156 votos afirmativos y 2 abstenciones.
El proyecto contó con amplio respaldo del bloque del Frente de Todos, de diversos sectores del justicialismo y del radicalismo, que se diferenciaron de sus aliados del PRO en Juntos por el Cambio, que se ausentaron de la discusión, al igual que diputados del Frente de Izquierda, de la Coalición Cívica y de la Libertad Avanza. “Para la votación hablé con el jefe de nuestro bloque y estábamos alineados, porque el plan es fruto de un trabajo que hicimos con todo el ecosistema de ciencia y tecnología de las provincias a través del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECYT)”, dijo Pablo De Chiara, ministro de Ciencia y Tecnología de Córdoba.
Fue clave también el apoyo dado por el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, Facundo Manes (UCR/Juntos por el Cambio), quien dijo durante la sesión: “Ante tanto dolor, incertidumbre y tiempos inciertos, celebramos que estemos discutiendo el rol de la ciencia como motor del desarrollo argentino. La ciencia no es de ningún partido político, es de la sociedad”.
El plan fue abordado desde perspectivas integradoras como el trabajo y el empleo, la federalización, la perspectiva de género, la internacionalización, y la sostenibilidad, y establece una serie de misiones y estrategias de I+D+i para cada desafío. Además, incluye las Agendas Territoriales Integradoras de Ciencia, Tecnología e Innovación (ATI-CTI) de cada región (Centro, Cuyo, NEA, NOA, Metropolitana).
A través de un trabajo conjunto con las provincias en el marco del COFECYT se definieron áreas estratégicas para cada región. Fuente: Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030.
“Es la primera vez en la historia que las agendas territoriales fueron validadas y presentadas ante el COFECYT, de manera de poder orientar la generación del conocimiento científico-tecnológico de acuerdo con las necesidades provinciales, en el marco de un plan y de un modelo de desarrollo de país”, dijo Luz Lardone, subsecretaria de Federalización de la Ciencia, Tecnología e Innovación del MINCYT.
La Secretaría de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación del MINCYT tuvo la responsabilidad de elaborar el plan. Su titular, Diego Hurtado, le dijo a TSS: “Que el plan sea ley no es un punto de llegada, sino de partida. Creo que las agendas provinciales son el componente más original y los próximos ministros de ciencia y tecnología de cada provincia tienen que tomarlo como guía. También es importante la incorporación del mundo del trabajo a este plan porque siempre se habló de ciencia, tecnología y producción, que es una impronta economicista, productivista, que no es negativa, pero nosotros agregamos el trabajo como una dimensión importante. Por eso participaron las dos CGT, la CTA, las organizaciones de la economía popular y también las pymes. Sobre todo cuando vemos la negación del trabajador y la trabajadora por parte del neoliberalismo, por eso hablan de capital humano”.
Algunos de los desafíos que plantea el plan para la próxima década son: erradicar la pobreza y reducir la desigualdad y la vulnerabilidad socioambiental, impulsar la bioeconomía y la biotecnología, alcanzar la soberanía alimentaria, contribuir al diseño de políticas para fortalecer la democracia y ampliar los derechos ciudadanos, construir una educación inclusiva y de calidad, lograr una salud accesible, equitativa y de calidad, desarrollar los sectores espacial, aeronáutico, de las telecomunicaciones y de la industria para la defensa, fortalecer la investigación marítima y el uso sostenible de los bienes del Mar Argentino, promover el desarrollo de la industria informática y de las tecnologías de la información y fomentar un sendero para la transición energética.
Proyecciones para 2025 y 2030 de indicadores de CyT. Fuente: Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030.
“El proceso que llevó al tratamiento de la ley tuvo aspectos positivos y negativos”, le dijo a TSS el especialista en nanotecnología Fernando Stefani, director del Centro de Investigaciones en Bionanociencias del CONICET y asesor del diputado Manes. Y agregó: “Se demoraron muchos años en construir el plan y lo mandaron al Senado para votarlo como un paquete cerrado, con lo que arrancaba con el pie izquierdo. Cuando llegó a Diputados, comenzamos a evaluarlo y convocamos a reuniones informativas y abiertas, invitamos a científicos, especialistas y al sector productivo. Superado todo eso le mandamos al MINCYT un resumen con las debilidades que veíamos, como lineamientos muy generales y falta de profundidad en ciertos aspectos, lo tomaron de manera constructiva y generaron un plan operativo que bajaba a tierra las políticas del plan”.
Para Stefani, “lo más positivo era marcar debilidades, aprobarlo en la Comisión de Ciencia y Tecnología, tener un plan y proponer seguir mejorándolo, porque esto tiene que ser una política de Estado y eso implica un trabajo continuo”. Eso llevó a una discusión interna en el bloque de la UCR, que terminó apoyando el dictamen, a diferencia de los legisladores del PRO, “que por cuestiones electorales no querían aprobar el plan”, agregó Stefani.
El proyecto contó con amplio respaldo del bloque del Frente de Todos, de diversos sectores del justicialismo y del radicalismo, que se diferenciaron de sus aliados del PRO en Juntos por el Cambio, que se ausentaron de la discusión, al igual que diputados del Frente de Izquierda, de la Coalición Cívica y de la Libertad Avanza.
“Los planes de este tipo, que son producto de un gran proceso participativo, se basan en grandes lineamientos, es muy difícil delimitar hasta dónde llegar con las definiciones. Pero el carácter dinámico de todo lo que está escrito ahí es algo que forma parte del plan y está explicitado”, dijo Lardone. Con ella coincide De Chiara: “Para que esto sea realmente una politica pública, el desafío es que el plan no se transforme en un corset, sino que sea una herramienta para definir los vectores en los que tenemos que poner atención y que sea algo que se pueda ir monitoreando de manera permanente, dado que los escenarios son cambiantes”.
El plan incluye también las Agendas Transversales, como Promoción General del Conocimiento, Tecnologías Aplicadas a la I+D+i, Ciencias Sociales y Humanas para el Desarrollo, Ciudadanía y Cultura Científica, Sostenibilidad y Perspectiva de género. El énfasis en la federalización, en tanto, busca garantizar el criterio territorial en la generación, aplicación y distribución de conocimiento y tecnologías.
En San Juan, Benavente recuerda que en el Plan Argentina Innovadora 2020 la plataforma estratégica de esa provincia eran los camélidos, mientras que ahora se definieron otras de mayor valor agregado, como la metalmecánica, los dispositivos médicos y las energías renovables. “El plan nos permite diseñar la política pública vinculada a los objetivos de una ley, le da potencia y legitimidad social. En San Juan, ahora va a cambiar el signo político pero las políticas institucionales continúan, yo creo que con esto hemos avanzado en la democratización y la federalización de la ciencia”.
Por Bruno Massare
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Agencia TSS