Frente a las preocupantes señales de la situación económica que atraviesa el país, a través de la Presidenta del Cuerpo solicité la presencia del Ministro de Hacienda, del Presidente del Banco Central y del Presidente del Banco de la Nación. Asimismo, requerí la constitución de las Comisiones de Deuda Externa y Reforma Tributaria, que aún permanecen incumplidas y su funcionamiento ha sido establecido por ley.
La actividad general exhibe un cuadro cercano a la recesión, pese al crecimiento de la obra pública; esto está acompañado por un severo problema de empleo y agravado por una intensa política de reducción de la nómina del sector público. En este contexto, el aumento del desempleo agrava las condiciones contractuales de los actualmente activos, sobre todo en momentos de paritarias.
Paralelamente, la carga impositiva se ha incrementado, entre otras cosas, con los aumentos de algunas tasas de impuestos internos, con el incremento en muchas provincias de la alícuota de los ingresos brutos o el ajuste de la valuación de las propiedades. Esto afecta directamente al mayor empleador de la Argentina: la pequeña y mediana empresa.
Además, la política antiinflacionaria vigente trae sin duda resultados contrarios: una inflación creciente que arrasa todas las estimaciones oficiales. En los próximos meses habrá un gran impacto por el incremento de las tarifas, además de las remarcaciones por alzas en la divisa norteamericana. A esto se une un preocupante frente externo, no solo por el grave déficit comercial, sino también con el serio incremento del nivel de endeudamiento, la situación y composición de las reservas internacionales, y el grado de compromiso a que las someten los muy altos niveles de emisión de LEBAC y de LETES.
Todo esto impacta directa e indirectamente en las economías regionales, que a los conflictos que afrontan para colocar su producción y exportarla, unen las incertidumbres del futuro acuerdo Mercosur-Unión Europea. Por si esto no fuera suficiente, el Banco de la Nación Argentina, entidad que debe estar presente a través de políticas crediticias promocionales que faciliten la sostenibilidad de las actividades del sector, acaba de padecer la reducción de su capital social, dispuesta por la ley de presupuesto y también la baja de su cartera de depósitos. Además comprometen su gestión los nuevos roles que ha asumido en su relación con el Poder Ejecutivo. El resultado: el banco tiene menos para prestar y, como consecuencia, menos vocación para comprometerlo en economías lejanas y fluctuantes.
Frente al complejo escenario, es imperioso que se constituya la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento y Control de la Deuda Externa –ley 27.249- y la Comisión Bicameral de Reforma Tributaria –ley 27.620-; además de la comparecencia de funcionarios para dar explicaciones sobre el rumbo de la economía nacional. El Senado tiene la función de ser un espacio que eleva las voces de los representados, pero además, es un vehículo de preguntas y de rendición de cuentas para accionar mediante la tarea fiscalizante que corresponde.
Fuente: Prensa Senadora Nacional Silvina García Larraburu