Etapa 3 – Remco Evenepoel es imparable. Tiene 20 años pero en su segunda temporada como profesional ya ha demostrado que es capaz de brillar en todos los terrenos, como demostró este jueves en el Picón Blanco. El del Deceuninck, que debutará esta temporada en una grande en el Giro, fue el más fuerte en el coloso burgalés, donde se impuso a algunos de los mejores escaladores del pelotón con una autoridad asombrosa. Entró en meta sacudiéndose el hombro, otra gesta más para un ciclista que por condiciones y desparpajo parece llamado a marcar una época. En la llegada metió 18 segundos a Bennett, 32 a Mikel Landa, 35 a Chaves, 52 a Carapaz… y se enfundó el jersey de líder en un día en el que los Movistar estuvieron lejos de los puestos importantes (Valverde, el mejor de los azules a 2:19).
Por cuarta vez en la historia de la Vuelta a Burgos, el Picón Blanco decidió una de las grandes etapas previstas para la semana, la primera con un puerto de categoría especial desde que regresó el ciclismo de élite masculino. 7,8 kilómetros al 9,3% de pendiente. Unas rampas que se sumaron al desgaste de un día frenético, con el viento haciendo mella y el Ineos y Bora formando un abanico que provocó todavía más tensión en la aproximación al puerto final.
Por delante, la escapada de día estuvo formada por nueve corredores, pero el gran protagonista fue Roger Adriá. El joven barcelonés del Kern Pharma, de 22 años, fue el último superviviente y soñó incluso con el triunfo de etapa, ya que comenzó la ascensión con 3:30 de renta. A mitad de ascensión, el hasta hoy líder de la carrera, Félix Grossschartner, quedaba descolgado. También los representantes del Movistar, que ya se habían visto sorprendidos en los cortes por el aire, y que no pudieron estar entre los mejores en la ascensión definitiva.
Ya se había seleccionado mucho el grupo cuando Chaves lo probó a cuatro kilómetros de meta. El colombiano del Mitchelton arrancó hasta en dos ocasiones y su ataque sólo lo pudieron responder Evenepoel, Bennett y un Carapaz que empezaba a sufrir. Sin embargo, justo en el momento en el que se acababa la aventura de Adriá a 2 kilómetros de la meta, Evenepoel decidió jugar sus cartas y acelerar el ritmo hasta sacar de punto a sus rivales. Una conquista más para este belga que en poco más de una temporada acumula ya 11 victorias y, sobre todo, nadie se atreve ya a ponerle límite.
Fuente: as.com