Fallo fraudulento y persecutorio

La sentencia busca apartar a Cristina Fernandez de Kirchner de la vida pública, política y electoral

Hoy conocimos un fallo fraudulento y persecutorio que llega en un contexto de odio y furia contra la vicepresidenta y cuanto ella simboliza, que los poderes concentrados y sus representantes mediáticos y políticos en la oposición celebran porque han hecho de esa furia su bandera, la bandera de la violenta degradación republicana.

Se trata de una persecución históricamente insólita que sólo se reitera contra nuestros líderes populares y siempre con el objetivo final de implantar un modelo neoliberal.

Esta vez la brutalidad de la sentencia, busca apartar a Cristina Fernandez de Kirchner de la vida pública, política y electoral, e intenta con ello sepultar los valores e ideales, los derechos y conquistas que para millones de argentinos ella representa.

Quien haya querido ver, ha visto como en esta causa falaz se han violado con obscena insistencia el debido proceso y todas las garantías legales. La mentira descarnada, de puño y letra de jueces y fiscales que han hecho del prevaricato un estilo de vida.

En 2019 un área específica de la Organización de las Naciones Unidas, encargada de la independencia de los jueces emitió un informe crítico sobre la gestión de Mauricio Macri.

El relator intervino a pedido de tres organizaciones, una de ellas integrada por el abogado defensor de Cristina Fernández de Kirchner, y consideró “fiables” los argumentos de la denuncia.

Sobre la “mesa judicial” del macrismo, el organismo internacional señaló la presunta existencia de “un plan sistemático y estructural de amedrentamiento del Poder Judicial de la República Argentina”.

En palabras de la vicepresidenta “hoy el partido judicial cumple el rol de condicionar, obturar, posibilidades de expresión y estigmatizar y disciplinar a los dirigentes en la Argentina”.

“Debo decir que esto más que un Tribunal de lawfare es un verdadero pelotón de fusilamiento”, y agregó, “la sentencia ya está escrita desde el 2 de diciembre de 2019”.

Una infamia prevista.

Este fallo continúa la tradición aberrante de la corporación judicial argentina, y no es más que una confesión de parte.

Firman al pie los detractores de la democracia, los mismos, los que redactan en piedra las penurias del pueblo argentino.

Mientras tanto en la calle, la memoria popular recuerda y resiste. Jamás podrán condenar sus ideas.

Fuente: Prensa FDTRN