La ex decana y consejera superior electa por la lista más votada del claustro docente, Graciela Landriscini, defendió el sistema electoral ponderado por claustros y el peso electoral equivalente de todas las unidades académicas. Sostuvo también que en medio de un proceso electoral se debe ser muy cuidadoso con las declaraciones que se realicen y que no se puede poner bajo sospecha el sistema de elección democrática de las autoridades de la Universidad Nacional del Comahue.
Landriscini encabezó la lista N° 1, que acompaña las candidaturas a rector y vice rectora de Gustavo Crisafulli y Adriana Caballero, de Convergencia Universitaria del Comahue. Fue la candidata más votada, tanto en el sistema ponderado como en una lectura a simple pluralidad de sufragios. Debido al peso que tendrá en el Consejo Superior que se conformará una vez concluido el proceso electoral, consideró necesario realizar algunas apreciaciones luego de las declaraciones públicas realizadas por la candidata a rectora por Construir, Adriana Giuliani, el día posterior a los comicios de primera vuelta donde cuestionó el sistema electoral de la Universidad, que pondera diferencialmente el voto por claustros e iguala el peso electoral de todas las unidades académicas.
Sobre el sistema electoral, Landriscini expresó que “son reglas de juego que están vigentes, desde las últimas asambleas universitarias y desde las últimas elecciones, tanto de rectores, como decanos y representantes de los distintos claustros a los concejos directivos y al Consejo Superior, hay que ser respetuoso de esto y si uno tuviera que cuestionar, observar o enmendar esto, debe hacerlo antes de que produzca un proceso electoral, es igual que con los concursos docentes, uno puede impugnar un jurado antes de rendir, no después”.
Reconoció que “es cierto que algunos candidatos obtuvieron un mayor número de votos en total, pero eso no debe señalarse así porque de alguna manera es confundir a la opinión pública, porque la opinión pública no tiene los detalles del estatuto de la Universidad y va a creer que es una estafa o que es una irregularidad y que de alguna manera pueda llevar a pensar que es un fraude, eso sería una barbaridad para la institución y no puede instalarse esa sospecha, ni sobre el rector actual, ni sobre ningún decano o consejero directivo o superior, son reglas de juego a las que tiene que atenerse todo el que se presenta y si no le va bien, verá si en una próxima etapa plantea algún tipo de enmienda y verá cómo lo discute y si tiene aceptación o no, pero por el momento es lo que está vigente y se debe respetar, no hay ninguna posibilidad de cambio a esta altura del proceso electoral porque eso lo debe hacer la Asamblea Universitaria sobre la base de proyectos y una discusión democrática”.
Landriscini recordó que “la Universidad pasó de un sistema de elección indirecta a una elección directa por un reclamo de distintos sectores y en un proceso de democratización, llevó varios años de discusión hasta que se saldó en una Asamblea Universitaria”.
La consejera superior electa llamó a la reflexión a la candidata de Construir. “No podemos utilizar elementos que generen sospecha en la opinión pública, que instalen un debate erróneo ni interesado en cuestionar o sospechar el sistema electoral vigente”, planteó.
También elaboró una defensa del sistema electoral vigente. “Esta representación actual de unidades académicas se parece a la conformación del Senado de la Nación, donde para buscar un equilibrio territorial en el sistema político argentino se dio el mismo número de senadores a cada una de las provincias, sino sería una inequidad territorial, una modificación así profundizaría las asimetrías centro-periferia entre la barda de Neuquén y las unidades más pequeñas y alejadas, como subvaluándolas, me extraña porque el discurso de la profesora Giuliani habló de su preocupación por las unidades alejadas, una de las posibilidades de las unidades alejadas es tener una representación democrática de igual calidad e igual reconocimiento que el resto, más allá de su tamaño, es mejor escuchar también a los más pequeños en su opinión político, porque eso les puede modificar estructuralmente su situación”, expresó.
Con respecto a la ponderación por claustros, Landriscini expresó que “es cierto que los estudiantes son más, pero por más que sean más no pueden tener la misma representatividad que tiene los docentes o el personal no docente que tiene responsabilidades institucionales en la dinámica laboral y de tareas diarias, el personal de la Universidad, a diferencia de los estudiantes y los graduados, tiene una responsabilidad primaria académica o administrativa junto a las autoridades y eso tiene que traducirse en una mayor representatividad, tenemos una obligación mayor que los estudiantes y eso hay que asumirlo con mucha responsabilidad y la primera que tenemos que ejercer es respetar las reglas de juego”.
También sostuvo que “no puede haber políticamente unidades académicas de primera y de segunda ciudadanía, no tenemos que olvidarnos que la Universidad del Comahue es de las provincias de Río Negro y Neuquén, donde tiene un amplio territorio de demanda social que cubrir, y la igualdad de peso electoral es fundamental para mantener el equilibrio regional”.
“En mi trayectoria he combinado responsabilidades en unidades pequeñas y grandes, fui consejera directiva del Instituto de Biología Marina, fui consejera, secretaria de Investigación y de Extensión y decana del Centro Universitario Regional Zona Atlántica, consejera superior y tuve que viajar infinitas veces a la barda para hacer gestión política, académica y administrativa, además de ser docente e investigadora, después me tocó cumplir tareas similares en una de las facultades más grandes, la Facultad de Economía y Administración, donde soy docente, investigadora y directora del departamento de Economía, una unidad grande y de más complejidad de gestión, mi opinión busca tener todo el equilibrio institucional que da el haber hecho una trayectoria de trabajo en ambas condiciones, en la máxima periferia y en el centro, a media cuadra del rectorado y esto me dice que voy a defender en el lugar que me toque la igualdad de representación política e institucional de las unidades académicas y la diferente representación de los claustros al gobierno de la Universidad, por la responsabilidad que nos asiste”, analizó Graciela Landriscini.
Sobre la Asamblea Universitaria que realizó el debate y reforma del sistema electoral, recordó que ese proceso “coincidió también con reformas estatutarias que dieron lugar a la creación de nuevas facultades, que atendió al reclamo de modificar las estructuras de manera de ser más respetuosos con algunas disciplinas, como Informática y Medicina, que venían trabajando desde la década del ’90 y no tenían un reconocimiento y también se crearon las facultades de Alimentos, Lenguas y Ciencias del Ambiente y la Salud, todavía nos queda dar respuestas a los centros universitarios de la zona atlántica y la región andina, en San Antonio Oeste y San Martín de los Andes, que con el mismo derecho pueden reclamar tener un estatus más parecido al de una facultad, aunque no sean unidisciplinares”.
Fuente: Noticias Universitarias