Tras las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirarle apoyo económico, la Organización Mundial de la Salud anunció la conformación de una fundación con la que espera aumentar la recaudación de fondos para enfrentar la crisis sanitaria mundial desatada por la pandemia.
Como parte de su estrategia para ampliar las fuentes de financiamiento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció la conformación de una fundación a través de la cual esperan acceder a fondos para poder sustentar actividades no programadas, como las necesarias para responder frente a la pandemia provocada por el Sars-Cov-n-2.
Creada tras la Segunda Guerra Mundial, con la finalidad de “alcanzar para todos los pueblos el grado más alto posible de salud”, según su Constitución, la OMS hoy se encuentra debilitada y se ha vuelto centro de críticas en medio de la pandemia provocada por COVID-19.
La irrupción del nuevo coronavirus la encontró con un presupuesto de 4.422 millones de dólares, según el reporte de resultados 2018/2019, proveniente de donaciones de países y capitales privados. Entre los principales contribuyentes se encuentran Gran Bretaña e Irlanda del Norte, la Fundación Bill y Melinda Gates, GAVI Alliance y Alemania. Pero la lista está encabezada por Estados Unidos, con un aporte que superó los 800 millones de dólares y cuyo presidente, Donald Trump, amenazó con retirar los aportes de ese país en medio de la crisis sanitaria actual y frente a una carrera de intereses por ver quién se quedará con los réditos de la futura vacuna (y otras tecnologías médicas) para COVID-19. En el otro extremo, el presidente de China, Xi Jinping, anunció que si la vacuna es descubierta en ese país, será “un bien público global”.
La OMS fue creada tras la Segunda Guerra Mundial, con la finalidad de “alcanzar para todos los pueblos el grado más alto posible de salud”.
“La OMS tiene poco margen de maniobra sobre cómo gestionar sus fondos porque la mayoría viene de donaciones que están asignadas a programas de trabajo específicos”, afirmó Tedros Adhanom, director general de la OMS, durante la conferencia de prensa virtual del 27 de mayo, en la que oficializaron la creación de esta fundación.
El titular de la OMS agradeció a los países que han accedido a dar más flexibilidad a la OMS en los últimos años, aunque aclaró que de todos modos necesitan ampliar la cantidad y calidad de la financiación que recibe. “El 80% no es flexible y la discrecionalidad que tenemos para usarla para otras prioridades es limitada”, dijo.
“La fundación creada es una organización que funcionará bajo la legislación suiza. Su objetivo es tratar los retos de salud más apremiantes de hoy y futuros, logrando financiamientos de fuentes no habituales. Trabajará con donantes individuales, público en general y sociedades empresariales para reforzar el ecosistema sanitario mundial, ampliando la base de donantes de OMS y apoyando la estrategia quinquenal”, explicó durante la conferencia el físico Thomas Zeltner, secretario de Estado de Salud de Suiza y fundador de la Fundación OMS.
El Fondo de Respuesta a la COVID-19 fue creado por la Fundación de las Naciones Unidas y la Fundación Filantrópica Suiza para facilitar las donaciones y así apoyar a la OMS en actividades que busquen prevenir, detectar y gestionar el nuevo coronavirus. Algo que, según el Plan de Preparación y Respuesta Estratégicas, hasta abril de 2020 representaba una necesidad de financiación de al menos 675 millones de dólares, “para las actividades críticas de respuesta en los países más necesitados de ayuda”.
“La OMS tiene poco margen de maniobra sobre cómo gestionar sus fondos porque la mayoría viene de donaciones que están asignadas a programas de trabajo específicos”, afirmó Tedros Adhanom, director general de la OMS, durante la conferencia de prensa virtual del 27 de mayo, en la que oficializaron la creación de esta fundación.
Desde el comienzo de la crisis sanitaria mundial provocada por COVID-19, la OMS impulsa una política basada en la necesidad de que los países coordinen estrategias colaborativas para garantizar el acceso universal a vacunas, medicamentos y otras tecnologías médicas frente a la pandemia. Sin embargo, la investigación y producción de vacunas, así como los desarrollos tecnológicos de equipos de tratamiento y diagnóstico médico, tienen una fuerte dependencia, de manera vinculante, de normas de propiedad intelectual establecidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC).
“Como otros organismos de Naciones Unidas, fueron el producto de un momento del proceso de desarrollo capitalista pero se han convertido en una tecnocracia enquistada por el capital privado que los manipula, por lo cual pierden sentido desde el punto de vista que uno imagina su función, como un grupo que defienda los intereses de las poblaciones”, consideró la socióloga sanitarista Celia Iriart, y recuerda que en los últimos años hubo otras organizaciones independientes que defendieron los intereses colectivos para garantizar el acceso a la salud, como la Asamblea de los Pueblos y grupos de personas con VIH, entre otros.
“La OMS provee normativas técnicas sobre cómo manejar la pandemia y las cuarentenas, indican qué tipos de estudios o medicamentos están siendo probados o usándose para los tratamientos en base a lo que pasa en terreno, pero se convirtió en un organismo simplemente de asesoramiento técnico en los países”, agregó Iriart, que también es profesora emérita de la Universidad de Nuevo México en Estados Unidos, y cuestionó que, ante la crisis sanitaria actual, se definen normativas “iguales para todas partes, cuando la realidad es que los contextos son muy diferentes y hay que pensar a las pandemias con los recursos, las formas organizativas y otros factores diferenciales que tienen los países”.
Fuente: Agencia TSS – Por Vanina Lombardi