El rector de la Universidad Nacional del Comahue, Gustavo Crisafulli, y el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, cortaron las cintas del nuevo edificio de la Facultad de Economía y Administración, obra que fue proyectada en 1996 y cuya construcción se inició a mediados de 1999. Participaron la decana Mariela Martínez, la ex rectora Ana Pechén –impulsora de una de las etapas de la obra-, los ex decanos Pablo Ala Rué, Graciela Landriscini y Humberto Zambón y autoridades provinciales y de la Universidad.
La obra tiene 1.700 metros cuadrados, con un amplio y luminoso hall central en el que puede apreciarse una exposición fotográfica, aula magna, auditorios, la sala de sesiones del Concejo Directivo de la facultad, aulas y dependencias administrativas. Fue construido en varias etapas, la última en el inicio de la gestión de Omar Gutiérez, que destinó un aporte de $1.600.000 del IJAN, con el que se finalizó la obra.
La primera paralización de los trabajos en el edificio se produjo en la crisis del 2001, con un 35% por ciento de avance, y a partir de allí los distintos decanos y rectores fueron encarando pequeñas etapas de la construcción, hasta llegar finalmente a la inauguración de un edificio que jerarquiza la estructura edilicia de la Universidad.
Al hall central se le colocó el nombre de Felipe Sapag, a propuesta del graduado Omar López Marecich, que realizó un emotivo recordatorio del ex gobernador y fundador de la Universidad del Neuquén en 1964, institución precursora de la UNCo. Los hijos de Felipe, Luis y Silvia Sapag agradecieron a la comunidad universitaria y participaron en el descubrimiento de la placa.
El cierre del acto estuvo a cargo del rector Gustavo Crisafulli, que integraba el equipo de gestión del ex rector Pablo Bohoslavky cuando se inició el proyecto. “Es un día de enorme alegría para la Universidad Nacional del Comahue, nos ha llevado 22 años construir este edificio, en el año ’96 era secretario Académico de la Universidad cuando iniciamos el diseño del proyecto, en un contexto también difícil para las instituciones argentinas y nunca me imaginé que 22 años después me iba a tocar cortar las cintas del edificio como rector”, expresó Crisafulli.
También señaló que “en estos 22 años, con el esfuerzo compartido, con la colaboración interna de la comunidad universitaria y con nuestras alianzas con los poderes públicos de la sociedad del norte de la Patagonia y claramente del gobierno de la provincia de Neuquén, cuando Ana Pechén fue vicegobernadora nos dio una mano importante y Omar Gutiérrez hizo el último esfuerzo, que a veces es el más difícil, para que pudiéramos terminar una obra a la que le faltaba el 5%, pero que parecía inalcanzable”.
El rector hizo un relato sobre la etapa final de la historia de la obra. “Cuando asumí en el 2014, Pablo Ala Rue asumía como decano y recorrimos este edificio que estaba en un estado complicado, no sólo en los papeles con la constructora, sino que era un espacio que se empezaba a caer, nos propusimos sacarlo adelante y lo logramos con los valores de la solidaridad interna y la cooperación externa, sin estas cosas la Universidad no puede desarrollar su tarea fundamental que es desarrollar el conocimiento científico, desarrollar tecnología y programas de extensión e investigación que nos permitan devolver a la sociedad del norte de la Patagonia todo lo que ella nos da, desde el esfuerzo de los gobiernos provinciales y municipales y los organismos del sistema científico, pero también con el esfuerzo de todos y cada uno de los ciudadanos que con sus impuestos nos sostienen para que hagamos la tarea de justificar estos recursos que tanto impacto tienen para nosotros”, expresó.
Finalmente, Crisafulli sostuvo que “en estos 22 años la Universidad construyó este edificio, pero también constituyó un espacio fundamental de desarrollo científico y tecnológico, incluso en el marco nacional, constituyéndose en el principal pilar del desarrollo científico y tecnológico en el norte de la Patagonia”.
Fuente: Noticias Universitarias
