Medir para ventilar

La empresa FANIOT, que tiene participación de la provincia de Misiones, desarrolló un sensor inteligente para medir la concentración de dióxido de carbono y así monitorear la ventilación de ambientes cerrados como forma de prevenir contagios por COVID-19.

El año pasado, la empresa misionera FANIOT, diseñó un termómetro con conexión a Internet para monitorear la temperatura corporal de las personas en el ámbito de trabajo. Como una continuidad de ese proyecto, la firma público-privada creó un nuevo sensor como parte de la Campaña Ventilar, impulsada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innnovación de la Nación.

 

En este caso, se diseñaron dos tipos diferentes de dispositivos. Los de la serie 100 permiten medir la concentración de dióxido de carbono (CO2) y mostrar, con luces LED, si la es correcta, aceptable o peligrosa. Los sensores de la serie 200 cuentan con una pantalla OLED que permite ver en el mismo dispositivo los valores medidos. Además, tienen conexión WiFi para tener los datos precisos y hacer un seguimiento de su progresión en el tiempo en una aplicación web y para dispositivos móviles.

 

Esta empresa de base tecnológica desarrolla dispositivos electrónicos, sensores para la industria y kits de robótica para educación. Está conformada por el gobierno de la provincia de Misiones y la empresa privada SmartCultiva.

 

Los sensores de CO2 de FANIOT permiten estimar cuál debe ser la ocupación y ventilación correcta de un ambiente y están configurados de acuerdo con los parámetros recomendados por la campaña Ventilar, en la cual se recomienda tener concentraciones de menos de 700 partes ppm (partes por millón) de Co2 para un ambiente saludable, indicado cuando el sensor está en color verde. Para la medición utilizan un sensor infrarrojo no dispersivo (NDIR), que tiene un margen de error de 0,05 ppm.

El desarrollo fue financiado por medio de un Aporte No Reembolsable (ANR) de la Agencia I+D+i, como parte de la iniciativa que busca encontrar aportes para combatir la pandemia de COVID-19, y es una continuación del financiamiento del proyecto de termómetros desarrollado el año pasado.

Cuando la luz está amarilla, el dispositivo indica una concentración que debe ser revisada (entre 700 y 900 ppm), y sobre las 900 ppm en el sensor suena una alarma y se enciende una luz roja, lo que indica que la concentración es peligrosa para la propagación de enfermedades.

 

Mediante la configuración, el usuario puede modificar los parámetros para garantizar un ambiente cómodo. Además, este tipo de dispositivos son utilizados en invernaderos ya que la presencia de dióxido de carbono es un indicador que influye en el rendimiento de los cultivos.

 

El desarrollo fue financiado por medio de un Aporte No Reembolsable (ANR) de la Agencia I+D+i, como parte de la iniciativa que busca encontrar aportes para combatir la pandemia de COVID-19, y es una continuación del financiamiento del proyecto de termómetros desarrollado el año pasado.

 

La semana pasada se presentaron los dos prototipos funcionales que permitirán que se pueda empezar el proceso para fabricar estos dispositivos de forma industrial, de manera que, a partir de junio, se puedan adquirir los primeros dispositivos en forma comercial. Los sensores de la serie 100 tendrá un costo de 40000 pesos y, los de la serie 200, de 45000 pesos. Las instituciones educativas y del Estado que quieran comprar los sensores tendrán un descuento de entre 10% y 20%, según la cantidad.

El dispositivo se complementa con una aplicación web y otra para dispositivos móviles.

Constanza Castillo, líder de Operaciones de FANIOT, le dijo a TSS: “Cuando nosotros medimos con el termómetro inteligente, que tiene seguimiento individual de temperatura de cada persona, junto con los sensores de CO2, podemos individualizar los datos de temperatura y de los espacios de trabajo, para determinar si hay grupos y zonas de riesgo”.

 

Idealmente, el dispositivo se debe instalar en un ambiente y con el tiempo se puede ir regulando cómo debe manejarse el aforo y la ventilación, por lo que una vez conocidas estas variables el sensor se puede instalar en otro espacio hasta estimar las variables correctas de cada ambiente. También sirve para poder diseñar las burbujas de aislamiento de escuelas o lugares de trabajo, para calcular qué cantidad de personas es la adecuada para cada espacio de trabajo y así minimizar riesgos en espacios cerrados compartidos.

 

“Los componentes con los que hacemos el producto son casi todos nacionales, solo hay un insumo del sensor de CO2 que necesita ser importado porque acá no hay fabricantes que lo hagan. Nosotros usamos tecnología y sensores de altísima precisión y resolución para determinar de manera correcta los niveles de CO2 en el ambiente. Siempre que podemos evitamos la importación, adquiririmos todos los componentes en Argentina y mejor si lo podemos hacer en Misiones”, explicó Castillo.

 

La empresa, que tiene poco más de un año de creación, está desarrollando soluciones en electrónica para distintos sectores. Castillo explicó a TSS: “En este último tiempo estuvimos desarrollando muchos sensores, sobre todo para smart cities (ciudades inteligentes). Este año queremos aumentar nuestra capacidad productiva y vamos a ampliar nuestros espacios productivos en el parque industrial de Misiones. tenemos la perspectiva de aumentar el personal, llegar a los 160 técnicos e ingenieros que trabajan con nosotros en producción de soluciones para  biotech, dentro de lo que estamos abocándonos a comunicación GSM y LoRa (tecnología inalámbrica por radiofrecuencia). La mayoría de nuestros productos poseen ambas tecnologías, que permiten mayor conectividad y llegar a lugares adonde el WiFi no está disponible al 100%”.

 

Por Matías Alonso

Fuente: Agencia TSS