En el Laboratorio de Reproducción Animal de INTA Chubut, se trabaja en la obtención embriones a partir de ovocitos de corderas pre púberes. Se evalúa la fertilización in vitro y su aplicación en ejemplares en edad gestacional.
El laboratorio se puso en funcionamiento en 2015 a partir de un convenio con el Ministerio de Producción de la provincia del Chubut. Allí se trabaja con diferentes metodologías que apuntan a la mejora genética en ovinos, y se avanza en el desarrollo de embriones in vitro. Está ubicado en el predio de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Chubut.
Andrés Buffoni de INTA Esquel, destaca: “lo que buscamos con esta tecnología es poder lograr embriones a través de un proceso artificial que simula lo que de manera natural ocurre en el animal. En primer lugar realizamos la obtención de los óvulos que colocamos en una estufa de cultivo embrionario, luego se produce la fertilización in vitro. Después de cinco días aproximadamente, cuando se forma el embrión, se transfiere a una hembra adulta receptora para su gestación.”
El objetivo de implementar esta tecnología es acelerar los procesos de mejora genética logrando que una cordera a los nueve meses tenga sus primeras crías nacidas. De esta manera se podría trabajar sobre genética de elite multiplicando genotipos de alto valor y de manera rápida.
Una hembra de ovino recibe su primer servicio entre los dieciséis y dieciocho meses, cuando llega al sesenta por ciento de su peso adulto y alcanza la madurez reproductiva. La aplicación de este método permitiría generar un protocolo para ofrecer a los productores y que puedan multiplicar esa genética con mucho potencial.
Martín Femenías de INTA Chubut señala: “en la mejora genética animal, uno de los mayores desafíos es reducir el intervalo generacional, es decir, el tiempo entre una generación y la siguiente. La producción in vitro de embriones (PIVE) a partir de hembras pre púberes puede acelerar este proceso, mejorando la ganancia genética en programas de selección. Sin embargo, la PIVE en ovinos presenta dificultades, especialmente porque los ovocitos de corderas tienen menor potencial para generar embriones viables.”
Este ensayo también investiga el uso de gonadotropina coriónica equina recombinante (reCG) para la superestimulación ovárica de corderas pre púberes. El empleo de hormonas recombinantes reduce los riesgos asociados con la variabilidad en la calidad de las hormonas de origen animal, promoviendo prácticas más seguras y alineadas con el bienestar animal. Por lo tanto, este trabajo tiene un impacto directo en la productividad y sostenibilidad del sector ganadero, ofreciendo una alternativa más eficiente y segura en biotecnología reproductiva, y contribuye a un sector ganadero más competitivo, mejorando la genética y productividad de los ovinos.
El equipo de trabajo estima que a mediados de enero, luego de evaluar la preñez mediante ecografías, se tendrán los resultados del rendimiento de la técnica.
Fuente: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria