Philipsen repite en el caos y Elissonde es líder

El belga Jasper Philipsen (Alpecin-Fenix) se anotó al sprint en Albacete su segundo triunfo parcial en La Vuelta 21 tras el logrado en Gamonal en una etapa que, a falta de que apareciera el viento, tuvo otro invitado inesperado, y es que el hasta ahora líder Rein Taaramäe (Intermarché-Wanty) se volvió a ver implicado en una caída masiva esta vez a 11 km de meta y se dejó el liderato en esta etapa 5, que pasa a manos del francés Kenny Elissonde (Trek-Segafredo), que sí supo esquivar el infortunio para vestirse con La Roja a sus 30 años.

 

La etapa, de 184,4 km con salida en Tarancón (Cuenca), fue un calco de las anteriores en el arranque pues los equipos de categoría Profesional españoles volvieron a liarse la manta a la cabeza en busca de un triunfo improbable; esta vez fueron el asturiano Pelayo Sánchez (Burgos-BH) y los vascos Oier Lazkano (Caja Rural-Seguros RGA) y Xabier Mikel Azparren (Euskaltel-Euskadi) quienes saltaron de inicio en busca de la proeza. Los siete minutos de ventaja que acumulaban en el km 59 de etapa fue su tope, momento en el que Alpecin y Deceuninck, enseguida también Groupama, comenzaron a colaborar con el equipo del líder Taaramäe, Intermarché-Wanty, en el control de la diferencia.

 

Pasaban los kilómetros y el trío de cabeza iba asimilando su práctica ausencia de posibilidades de sorprender al pelotón. El hueco de siete minutos se había reducido a la mitad aún con 90 kilómetros por delante. La suerte estaba echada y el único punto de interés se centraba en el Sprint Intermedio de La Roda (km 131,5), con reparto de segundos de bonificación. ¿Llegarían por delante los aventureros a ese hito al menos? El grupo perseguidor concedió ese honor aún a los escapados y Lazkano fue el más rápido en ese punto, con el pelotón a 2’39” a 50 km de meta.

 

Pero no había mucho más margen de maniobra porque los perseguidores comenzaron a apretar tirados por un hombre de Deceuninck seguido de varios de Groupama. Los de cabeza fueron cayendo uno por uno: el primero en claudicar fue el joven Pelayo Sánchez en el km 150, resistiendo los dos vascos, que a 25 de meta aún mantenían 1’25” y soñaban con la gesta. A 22 de meta se rendía igualmente Xabier Mikel Azparren, mientras Oier Lazkano sobrevivía con 1’38” sobre un pelotón que se iba encendiendo poco a poco. El vitoriano era engullido a algo más de 15 km de meta.

 

El guión se había cumplido a la perfección –sólo que sin la esperada presencia de viento– y ya sólo quedaba por ver quién lo rubricaría. Pero todavía habría de aparecer otro invitado inesperado, y es que a 11 km de meta se producía una caída masiva y el líder Rein Taaramäe se veía implicado como el día anterior, sin opción de incorporarse al grupo delantero. Así las cosas, mientras Philipsen se imponía a Jakobsen y Dainese en la recta de meta con solvencia para sumar su décimo triunfo como profesional, tercero en La Vuelta, La Roja iba a parar a las espaldas del francés Kenny Elissonde (Trek-Segafredo), que a sus 30 años une este hito a la etapa que firmó en el Angliru en 2013.