Un divorcio conflictivo en Cipolletti logró un acuerdo pleno gracias a la mediación, que incluyó un detalle especial: la hija adolescente podrá visitar a la mascota familiar todas las veces que desee. El papá permanecerá en la vivienda familiar, mientras que la joven podrá llevarse al animal una vez que la mamá alquile una nueva casa.
El acuerdo fue ratificado por una sentencia del Juzgado de Familia de Cipolletti. En el fallo se detalló el régimen de comunicación de la niña con su mascota, así como la determinación de la cuota alimentaria. Se estableció que el progenitor deberá destinar el 20% de sus ingresos ordinarios y extraordinarios como cuota alimentaria para la hija, con depósito en una cuenta bancaria y la posibilidad de retención directa en caso de incumplimiento.
Sobre la relación entre el padre y la adolescente, se decidió que el contacto respetará la autonomía progresiva de la menor. El papá también asumió el compromiso de no realizar comentarios sobre los conflictos entre los adultos ni involucrar a la adolescente en cuestiones personales. Además, se pactó que ambas partes asegurarán que la joven asista a terapia psicológica para acompañar su adaptación al nuevo contexto familiar.
El juzgado homologó el acuerdo en los términos del artículo 439 del Código Civil y Comercial de la Nación, subrayando la importancia de proteger el bienestar de la adolescente y promover una resolución pacífica y armoniosa entre las partes